Donostia - “Una cosa es la amenaza y el riesgo, y otra, la percepción de ese riesgo en la gente. Que percibamos ese miedo constante es también una acción terrorista contra la sociedad”. La fiscal coordinadora contra el terrorismo yihadista en la Audiencia Nacional, Dolores Delgado, llamó ayer a rebajar la percepción del riesgo de atentados que, advirtió al mismo tiempo, “pueden ocurrir”.
En un encuentro con los periodistas a propósito de una jornada sobre terrorismo yihadista que organizó ayer la Facultad de Derecho de la UPV/EHU, Delgado recordó que “no porque un atentado ocurra en un país los demás estamos a salvo. Si me preguntan si va a pasar en España, puede ocurrir, pero también hay que decir que mucha gente trabajamos para que no suceda”.
En esta línea, lanzó mensajes de tranquilidad ante un fenómeno que lo mismo irrumpe el 11-M en Madrid, hace dos semanas en París o ayer mismo en Túnez. Una actividad criminal que “nos afecta no solo por la proximidad geográfica, sino porque se mueven con cierta facilidad y pueden tener un origen común”.
La fiscal abordó el perfil de quienes se integran “en la organización terrorista del Estado Islámico” y su financiación. “En Francia y Bélgica hablamos de segundas y terceras generaciones en las que creo que ahora ha emergido un problema de radicalización y desintegración social, de falta de sentimiento de pertenecer a un país”. Más aún, destacó que algunos de los perfiles conocidos de los ataques de París y también de los detenidos en Bélgica o incluso en el Estado español “proceden de la delincuencia común, que han pasado procesos de desocialización por unos u otros motivos”.
ceuta y melilla La fiscal Dolores Delgado remarcó otro perfil a este lado de los Pirineos: “No tenemos segundas o terceras generaciones, sino gente de aquí, como musulmanes de Ceuta y Melilla que son españoles. Tienen una clara influencia de las redes sociales. Toda la cuenca del Mediterráneo tiene muchas comunidades musulmanas de primera generación”. También apuntó a la zona centro de la Península -con la operación Gala-, pero son “las redes sociales las que hacen su trabajo”. Según diferenció, “se agarran a una idea, que es la de la violencia. No tiene nada que ver con una religión. Sí hablamos de musulmanes y de un uso perverso del Islam, pero detrás está la idea de la violencia y de un juego de las redes sociales e internet”.
Consideró “imposible” cifrar cuántos jóvenes pueden estar en la órbita de Daesh en el Estado español, pero en su respuesta advirtió de que “hay muchísimo movimiento en las redes sociales, en las aplicaciones móviles. Es la Yihad a través de la palabra, que pueden conseguir los mismos beneficios del paraíso haciendo propaganda y distribuyendo material. La gente tiene dos, tres o cuatro teléfonos y tienen actividad frenética. Las redes sociales son la vía de acceso a las mentes de estos chicos y chicas”.
También hay una propaganda dirigida a las mujeres: “Buscan darles importancia y que se sientan bien, les dicen que se sentirán seguras y útiles con un muyahidín. Cuando se incorporan a la organización terrorista del Estado Islámico, resulta que lo pasan fatal. Es un viaje sin retorno, en el que dejan de ser no ya mujeres, sino personas”.
¿Y cómo financian su actividad las células y las organizaciones? Delgado, que reconoció que “es uno de los aspectos más difíciles” de investigar, citó tres maneras. En primer lugar, la autofinanciación a través de miembros “que se han radicalizado en Occidente, captados en espacios abiertos, que luego los llevan a más privados y al final se les come el tarro. Esta gente se autofinancia vendiendo joyas, sacando préstamos o sus ahorros. Es muy triste, pero ocurre”.
En segundo lugar, y con la mente puesta en células algo más ordenadas, con cierta jerarquía, Delgado describió la “microfinanciación de limosnas, aportaciones y pequeñas estafas”.
Por último, “está la macrofinanciación, que es la organización terrorista del Estado Islámico a través de recursos naturales, los culturales que en parte han destruido y en parte venden, el tráfico de seres humanos... Hay flujos de dinero que se mueven y utilizan el sistema financiero”.
Experiencia contra ETA Para hacer frente a este escenario, la fiscal reclamó un “concierto internacional” y una “implicación del sector privado para que asuma ese deber de garante frente a la sociedad, para que no se usen los circuitos financieros”. Ante un “terrorismo universal, una macrofinanciación global requiere de una acción conjunta. Si se ponen de acuerdo para hacer unas cosas, queremos que se pongan en otras”.
Delgado no cree que por su experiencia de varias décadas contra ETA el Estado español tenga ventaja: “España es uno más. Tenemos tristemente una experiencia que otros no tienen, pero se necesitó de la cooperación internacional para acabar con el terrorismo que nos azotaba. Hemos mejorado sistemas, estructuras y metodologías, pero pertenecemos a una comunidad internacional”.
“El terrorismo global conlleva cooperación, porque compartir datos, información, legislación y jurisprudencia es esencial”, explicó Delgado, quien defendió la idea de crear un fichero de tránsito, como ha pedido el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz: “Es importante como herramienta de investigación. Lo importante es mantener el equilibrio entre seguridad y libertad, que se recojan aquellos datos que resultarán esenciales para los investigadores y la justicia, con garantías limitadas proporcionadas a la gravedad de los hechos investigados”.