Moscú - El presidente ruso, Vladimir Putin, acusó ayer a Turquía de ser “cómplice del terrorismo” por derribar un bombardero ruso Su-24 cuando sobrevolaba el espacio aéreo de Siria en una misión contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI). “Este incidente se sale de los marcos de la lucha contra el terrorismo (...), es un golpe a traición asestado por los cómplices del terrorismo. No lo puedo llamar de otra forma”, dijo Putin al reunirse con el rey Abdalá II de Jordania en Sochi, en el Mar Negro.

Putin, quien no perdió la ocasión de recordar que Turquía es un país miembro de la OTAN, advirtió de que “este trágico acontecimiento tendrá graves consecuencias para las relaciones ruso-turcas”. “Siempre tratamos a Turquía no sólo como un vecino cercano sino como un país amistoso. No sé quien tenía interés en lo que pasó. Nosotros no. En cualquier caso, nuestros pilotos y nuestro avión nunca amenazaron el territorio de Turquía”, subrayó.

Lo que es seguro, según analistas, es que este suceso afectará tanto los planes de crear una amplia coalición internacional antiterrorista presentados tras los recientes atentados de París por Rusia -que elude entrar en alianza militar de 65 países creada para ese fin por EEUU-, como al arreglo político del conflicto en Siria. Turquía siempre se ha mostrado contraria a la intervención militar rusa en el país vecino, donde siempre abogó por el derrocamiento del líder sirio, Bachar al Asad, respaldado por Moscú y por Irán, y ha apoyado abiertamente a las milicias rebeldes.

Precisamente, el presidente francés, Françoise Hollande, que viajó ayer a EEUU, tiene previsto reunirse con Putin mañana en el Kremlin para coordinar las acciones militares contra el EI en Siria.

“Entiendo que cada país tenga sus propios intereses regionales, y siempre los trataremos con respeto. Pero nunca permitiremos que se cometan crímenes como el cometido hoy -por ayer-”, advirtió Putin, quien debía reunirse en diciembre con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Mientras Turquía insiste en que el avión de guerra ruso había violado su espacio aéreo y sus pilotos ignoraron hasta diez advertencias, Putin afirmó que el Su-24 “estaba en el aire cuando fue atacado a una altura de 6.000 metros y a una distancia de un kilómetro de la frontera con Turquía”. “Nuestro avión fue derribado en territorio sirio por un cohete aire-aire disparado por un caza turco F-16” cuando cumplía una misión en una zona montañosa al norte de la provincia de Latakia, afirmó, y precisó que “cayó a cuatro kilómetros de la frontera con Turquía”. El jefe del Kremlin criticó a Ankara porque, en vez de entablar contacto con Moscú para aclarar lo ocurrido, “la parte turca se dirigió a sus socios de la OTAN para abordar este incidente”. “Como si nosotros hubiéramos derribado un avión turco y no ellos uno nuestro”, dijo Putin y se preguntó: “¿Quieren poner a la OTAN al servicio del Estado Islámico?”. Resaltó que Turquía forma parte de la coalición antiterrorista encabezada por EEUU, país con el que Rusia ha suscrito un acuerdo “sobre la prevención de incidentes aéreos”.

Respuesta de Erdogan Mientras, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lamentó el derribo pero aseguró que su país tiene el derecho a defender sus fronteras. “Lamentamos estos hechos, que tuvieron lugar como consecuencia de unas normas de intervención qué habíamos declarado antes”, dijo Erdogan. “Lo hicimos todo para evitar este último incidente, todo el mundo debe estar seguro de eso”, agregó. Y acto seguido subrayó: “Pero que nadie dude de que Turquía hará todo lo necesario para proteger su frontera”.

Además, el presidente turco condenó que el régimen sirio esté bombardeando de forma continuada la región de Bayir Bucak y que está habitada por la minoría turcomana, sirios de lengua turca. - Efe