BARCELONA - Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) quiere romper las amarras con su pasado para impulsar la creación de “un gran partido de centro” en el que tendrán cabida liberales, socialdemócratas y socialcristianos. Así lo anunció ayer el coordinador general de la formación convergente, Josep Rull, quien anunció que la disolución de CDC se producirá en su próximo congreso para el que, sin embargo, aún no está fijada una fecha, aunque se baraja un plazo de cuatro a cinco meses. Con respecto al papel que jugará en esta formación el actual líder de CDC y presidente de la Generalitat, Artur Mas, Rull aseguró que será “relevante”, pero no quiso entrar en más detalles.
Según explicó el coordinador de Convergència, la idea es cerrar un proyecto de éxito con la voluntad de abrir uno mejor, en el que, manifestó, esperar congregar a “gente moderada y de orden” que sea partidaria de la independencia de Catalunya. Así, incidió en que la idea que mueve a los dirigentes convergentes es ensanchar la mayoría de partidarios de la independencia y trabajar para “culminar” el proceso soberanista. Negó asimismo, que este paso que va a dar CDC esté motivado para tapar los casos de corrupción que han afectado al partido, sino que aseguró que lo que plantean es una formación que sea un instrumento útil para los catalanes y de una duración de unos 20-30 años.
Rull, además, precisó que el nuevo partido se empezaría a crear antes de concretarse la disolución del actual, por lo que no habrá ningún momento en que no esté en marcha ninguna de las dos formaciones.
Desconfianza Las reacciones a la decisión adoptada por CDC no se hicieron esperar y así, desde ERC, socio de los convergentes en la Generalitat y compañeros de viaje en Junts pel Sí (JxSí), su portavoz, Sergi Sabrià, reclamó ayer al futuro partido “que no pierda el compromiso con el proceso independentista”. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Sabrià aseguró que ERC y CDC son dos espacios “claramente diferenciados”, deseó suerte a la nueva formación y mostró su confianza en que no pierda en ningún caso el compromiso con el Estado catalán que JxSí prevé.
Por su parte, Carmé Chacón, cabeza de lista del PSC en los próximos comicios del 20-D aseguró que lo que calificó como “defunción” de CDC viene motivada por “la sombra de la corrupción, la radicalización de este partido, poner a Cataluña fuera de la ley y hablar abiertamente de desacato de las sentencias de los tribunales”.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, advirtió a Mas de que no va a lograr “tapar la corrupción” por muchas siglas nuevas que invente, mientras que desde el PP, su vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, lamentó que Artur Mas se “avergüence” de sus siglas, si bien aseguró que esta decisión era una “muerte anunciada”. - DNA