berlín - La canciller alemana, Angela Merkel, cumple mañana diez años en su cargo en medio de uno de los momentos más difíciles de su gestión por las diferencias dentro de su propio partido ante la crisis de los refugiados. La larga duración de la era Merkel, según muchos analistas, no era de esperar cuando llegó al cargo en 2005, tras ganar por estrecho margen las elecciones generales frente al socialdemócrata Gerhard Schröder, pese a que las encuestas le vaticinaban una victoria clara y contundente.

La situación de Merkel, que debía negociar y buscar alianzas para gobernar, no era fácil dentro de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), pero los ataques furibundos de Schröder durante una tertulia televisiva la misma noche electoral generó un movimiento de solidaridad y acalló las críticas.. “Irónicamente, justo diez años después las diferencias con ciertos sectores de su partido son otra vez claras”, explicó el politólogo Herfried Münckler, en referencia a la crispación política en un país que se estima recibirá este año a cerca de un millón de refugiados.

Las diferencias dentro de la CDU han salido a la luz con la crisis de los refugiados, en la que la política de puertas abiertas que ha seguido Merkel ha sido cuestionada públicamente por los sectores conservadores de la CDU y, sobre todo, por su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU). “Merkel nunca ha cultivado a los conservadores dentro de la CDU. Eso hasta ahora no había sido un problema, pero empieza a serlo. Hay que esperar para ver si las cosas le vuelven a salir bien o si la crisis de los refugiados termina por precipitar el fin de su cancillería”, explicó el politólogo.

Durante la crisis del euro, hubo dentro de la CDU fuerzas contrarias a cualquier ayuda a Grecia, pero no una rebelión abierta, que tampoco cuajó cuando, tras la catástrofe de la planta japonesa de Fukushima, Merkel dio un giro a la tradicional política energética y anunció en apagón nuclear.

La canciller apuesta por concluir la legislatura, que acaba en 2017 y descarta así en principio dejar el cargo para abrirle paso a un sucesor o para aspirar a otros puestos, como la secretaría general de la ONU, que Ban Ki Moon abandona en diciembre de 2016. - Efe