barcelona - El núcleo duro del Govern, y por ende de Convergència, vislumbra elecciones ante el alto nivel de exigencia planteado por la CUP. Después de que varios consellers mostraran ya su disconformidad con la moción rupturista y exhibieran marcaje hacia las concesiones de Artur Mas para poder hacerse con la investidura; la negativa de la fuerza anticapitalista en las dos sesiones del Parlament, su demora en posicionarse mientras caen las hojas del calendario y el horizonte político se erigen en condicionantes que, según altos dirigentes de CDC, apuntan seriamente a la repetición de comicios. Un contexto donde el soberanismo, a través de entidades sociales como la Asamblea Nacional Catalana (ANC), demanda a Junts pel Sí y a la CUP a forjar cuanto antes, con el viernes 27 como fecha tope, el consenso que reclaman quienes abogan por la secesión. Sin embargo, la formación radical quiere evitar una decisión firme antes de la asamblea interna que celebrará el día 29. Desde luego, si para el 4 de diciembre, jornada en que arrancará la campaña para las generales, todo sigue en stand by, los catalanes pueden ir marcando en rojo en su agenda el mes de marzo para, una vez más, acudir a las urnas.

“Si se puede resolver esta semana, mejor no esperar a la que viene”, solicito ayer el exconseller de Presidencia, Francesc Homs, quien arremetió contra la “manía” del partido que lidera Antonio Baños con no dar su brazo a torcer a favor de Mas, advirtiéndole de que él personalmente no está dispuesto a que desde la CUP “se carguen de arriba abajo algo que hemos hecho entre todos”. Quien será cabeza de cartel de Democràcia i Llibertat el 20-D reprocha que los anticapitalistas pongan un precio cada vez más elevado, por lo que habría que “parar y resituarlo todo”. A su entender, y en contra de lo que piensa la CUP, es prioritaria una seguridad jurídica en el devenir del proceso; conformar un Govern fuerte y estable; un compromiso inequívoco con los valores occidentales, de inserción europea; y un diálogo con el Estado español y las instituciones europeas. “Se plantan con la desobediencia, que no comparto, pero juran la Constitución para coger el acta de diputado”, censuró Homs, que pide a la marca radical ser “más rigurosa y dar certezas, no incertidumbres”. “Aquí es donde la CUP debe decidir si juega o no, porque de lo contrario la voz la volverá a tener el pueblo. Si no hay acuerdo en esos cuatro puntos, elecciones”, constató.

También el titular de Economía Andreu Mas-Colell considera inaceptables las condiciones de la CUP. En un artículo en el diario Ara titulado No asfixiemos el proceso, carga contra su “inmadurez parlamentaria” al bloquear la formación del nuevo Ejecutivo y pretender “condicionar a fondo” su programa. “De la CUP podemos aceptar dos votos para la investidura, pero no sus condiciones”, avisa el conseller, quien, en caso de elecciones, está convencido de que “Mas sabrá explicar en la nueva campaña dónde estamos y por qué, y de que los catalanes sabrán decidir, con sabiduría, qué liderazgo quieren”. En su escrito critica que la CUP lograra “gratis” avalar en la Cámara la declaración rupturista, forzando a Mas a definir una arquitectura gubernamental donde cede poderes y a someterse a una cuestión de confianza. “Quieren liquidar su liderazgo y controlar el Govern externamente. Asociarse a una formación euroescéptica y antieuro -concluye- hace daño al procés en el frente europeo e internacional”.

En paralelo, después de que los atentados en París obligaran a la ANC a suspender su manifestación frente al Parlament para reclamar el acuerdo, presionando así a los cuperos, el presidente de la entidad rupturista, Jordi Sánchez, admitió ayer que “hay una parte del electorado independentista que puede estar desorientada o decepcionada” con este impasse, por lo que ve prioritario el pacto antes del 27-N. “La situación social y política de la ciudadanía lo requiere con urgencia”, predijo al presentar el texto aprobado por la ANC, donde señalan que debe primar ahora el “compromiso, la coherencia y la responsabilidad”.

La nota unionista al respecto la puso ayer Mariano Rajoy al término de la cumbre del G-20 en Turquía, ya que, según su visión, la repetición de elecciones “tiene menos sentido” que el pacto entre Junts pel Sí y la CUP. A su vez, el líder del PSC, Miquel Iceta, se ofreció a Mas como “alternativa para evitar el ridículo” pero siempre que se abandone la senda secesionista.