Barcelona - Pese a que el independentismo aún no ha sido capaz de forjar un pacto que permita investir president para comandar una hoja de ruta que ha tenido como primer paso la moción rupturista, el secesionismo sigue ganando adeptos en Catalunya. Ante la pregunta directa, del barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat, sobre si es partidario de un Estado independiente, quienes apoyan por romper con España han experimentado un incremento de casi cuatro puntos, pasando del 42,9% al 46,7%, mientras que los detractores han descendido del 50% al 47,8%, es decir, un empate técnico si se celebrara un referéndum al respecto. Pero es más, en caso de que pasar nuevamente por las urnas, las fuerzas soberanistas sobrepasarían esta vez la barrera del 50% de los sufragios, concretamente el 50,9%, gracias al fuerte ascenso de la CUP, premiada posiblemente por la coherencia mantenida en sus postulados antes y después del 27-S. La formación anticapitalista se erigiría en la tercera fuerza al pasar de 10 escaños a una horquilla de 14-16, con el 11,1% de apoyos (8,21% logró hace mes y medio), que se sumaría al 39,8% de Junts pel Sí, que crecería un par de décimas manteniendo representación, entre 61 y 63 escaños.

Artur Mas tendría las mismas dificultades para salir reelegido, al tiempo que el partido de Antonio Baños -el político mejor valorado, con un 5,6 de nota- ganaría peso para condicionar la gobernabilidad, pero, sin duda, lo que queda refrendada es la apuesta por la desconexión. El director del CIS catalán, Jordi Argelaguer, atribuyó el aumento de la CUP a que es un “partido de moda” que genera simpatías, y por ello “habrá que esperar si es la espuma de la digestión de los resultados electorales y se consolida”. Pero lo indiscutible es que el secesionismo gana adeptos desde el pasado junio, cuando la distancia a favor del no a la independencia en una hipotética consulta era de más de siete puntos. La actual encuesta, realizada entre el 5 y el 27 de octubre a un universo de 2.000 personas, se hizo en plenas negociaciones para formar Ejecutivo y antes de las dos sesiones en el Parlament, mientras que la anterior coincidió con una de las mayores crisis entre CDC y ERC. De repetirse elecciones, con una participación que esta vez se frenaría en el 70%, el unionismo no solo se estancaría, sino que cedería representación, principalmente el PP, que pasaría de 11 asientos a 8-10, mientras que el PSC reduciría su visibilidad de 16 a 14-15 escaños, dejando a Ciutadans, y a Inés Arrimadas, como la referencia de la oposición, con entre 24-26 diputados frente a los actuales 25, con Catalunya Sí que es Pot repitiendo su frágil resultado (10-12).

por la ruptura Los afines a la ruptura crecen en todos los parámetros: el independiente se presenta como el modelo de estado preferido (41,1%), retrocediendo la opción federalista y autonomista; el 51,5% de catalanes piensa que la convivencia no se resentiría; e incluso la ciudadanía no cree que Catalunya quedaría fuera de la Unión Europea en caso de secesión -un 50% intuye que es algo poco o nada probable-. El barómetro del CEO también detecta que un 52,4 % de interpelados confía poco o nada en los políticos catalanes, mientras la desconfianza hacia los dirigentes españoles se eleva hasta el 83,8 %. Si el 52,1 % ve mala o muy mala la gestión del Govern, más negativa es la percepción sobre la labor del Ejecutivo español, con el 83,6%.