bilbao - Roberto Uriarte compareció ayer ante la prensa para explicar los motivos de su dimisión como líder de Podemos en Euskadi, aunque lo hizo en un ambiente casi festivo y arropado por los cargos del partido que también han optado por hacer las maletas secundando a su secretario general. En total, han dejado sus cargos 19 miembros del Consejo Ciudadano que, sumados a otras renuncias presentadas con anterioridad por otros motivos, reduce la actual dirección del partido en suelo vasco a unas seis personas, si no renuncia nadie más en las próximas horas. La desbandada se ha producido tras el conflicto con la dirección de Madrid por la elaboración de las listas de las elecciones generales de diciembre, donde la dirección de Uriarte quería sustituir a Eduardo Maura como cabeza de cartel por Bizkaia porque, aunque es bilbaíno, ha hecho vida política en el Estado y podría tener menos gancho que un aspirante de perfil más social al estilo de Ada Colau. Sin embargo, la comparecencia de ayer reveló un conflicto de mayor alcance y profundidad, donde Uriarte y su equipo Euskal Hiria aseguran que determinados cargos estatales han intentado imponer que la filial en suelo vasco se ciña a generalidades sobre la paz y la articulación del país y no tenga un discurso directo, todo ello para servir al objetivo de asaltar el poder y conquistar la Moncloa.

Fuentes del equipo dimisionario consultadas por DNA apuntan directamente al secretario de Organización estatal, Sergio Pascual, como el responsable de la dinámica “aparatera” y de “política vieja”. Pascual ya soliviantó al partido en Andalucía cuando se puso de por medio en las negociaciones con la socialista Susana Díaz sobre eventuales acuerdos de gobierno. Las mismas fuentes sitúan al candidato Pablo Iglesias en otro plano, muy alejado de esas gestiones, lo libran de toda culpa y siguen apostando por su proyecto. También tuvieron un recuerdo especial para Juan Carlos Monedero, uno de los impulsores de Podemos que se desvinculó de la dirección al constatar un alejamiento de los principios fundacionales y pérdida de frescura. Lo cierto es que existe toda una corriente de fondo a favor de recuperar el espíritu del 15-M y revitalizar los círculos ciudadanos. No parece casual que la rueda de prensa de ayer se celebrara en la Plaza Arriaga, donde se gestaron esas movilizaciones.

Monedero, con quien Uriarte mantiene una interlocución fluida y una relación de confianza, parecía especialmente enemistado con Íñigo Errejón, aunque la dirección vasca prefiere guardarse su opinión sobre él. En cualquier caso, resultó muy elocuente que recuperaran ayer una de las frases más célebres de Monedero: “Tenía razón, en Podemos hay generales mediocres”, tronaron, confirmando la rebelión en toda regla protagonizada por Podemos Euskadi. Errejón dijo que la dimisión de Uriarte es honesta y coherente con su discrepancia sobre las listas.

Pero no es el único conflicto. Uriarte vino a decir que sus ocho meses de mandato se le han hecho muy cuesta arriba porque hubo quien no aceptó la victoria de su corriente, Euskal Hiria. Sus palabras suponían una alusión velada a los cargos de la extinta Orain Ahal Dugu, vinculada a Izquierda Anticapitalista, que en los últimos días han abierto otra vía de agua en el partido al respaldar la manifestación a favor de Arnaldo Otegi en contra del criterio de Uriarte. En esa extinta corriente se encuadran su futuro europarlamentario Xabier Benito, o la portavoz en Juntas de Bizkaia, Neskutz Rodríguez, ambos miembros del mermado Consejo Ciudadano.

Los críticos ya tuvieron algún roce con Euskal Hiria durante la elaboración de las listas para las elecciones forales y la designación de portavoces en las Juntas Generales. El equipo de Uriarte los acusó de no respetar los acuerdos internos y de colocar en las portavocías a los aspirantes de Orain Ahal Dugu, que se han hecho fuertes en los grupos junteros. En Bizkaia, a Uriarte le quedaba el reducto de Asun Merinero, que ayer le mandó un mensaje de apoyo extraído de El Club de los Poetas Muertos. “Oh, capitán, mi capitán”, repitieron ayer los cargos de Euskal Hiria, ante un emocionado Uriarte.

“Nuestro trabajo se ha visto obstaculizado por sectores internos minoritarios que han hostigado nuestra labor”, lanzó el ex secretario general. Según dijo, Madrid les ha prestado más atención a esos cargos que al equipo Euskal Hiria, a pesar de que, a su juicio, hayan demostrado con los resultados electorales que la dirección en suelo vasco estaba siendo la correcta: enarboló la tercera plaza en las forales de mayo, donde superaron al socialismo, y las buenas previsiones para las generales, donde según las encuestas empatarían a cuatro escaños con la izquierda abertzale. A pesar de ello, Uriarte denunció la “falta de confianza” de la dirección estatal.

gestora ¿Qué pasará con esos críticos anticapitalistas que quedan en la ejecutiva vasca? ¿Tomarán las riendas? Hasta las elecciones, se hará con el mando un Comité Técnico Electoral provisional compuesto por 13 personas. Fuentes estatales consultadas por este periódico no aclararon si dentro de esos 13 se encuentran los componentes de lo que queda de la ejecutiva de Euskadi, aunque sí dijeron que serán todos vascos y no de Madrid. Desde Euskal Hiria, sin embargo, se temen que Eduardo Maura asumirá el liderazgo y que Madrid controlará toda la campaña a través de él, fijando discursos más genéricos. Desde el Estado admiten que los candidatos electorales tendrán un papel destacado, pero lo rebajan como un factor no específico de Euskadi sino que sucederá lo mismo en todos los territorios. Desde la disuelta Orain Ahal Dugu aseguran que sus cargos no han decidido si seguirán en la ejecutiva, y que depende de Madrid y de que quiera disolver la cúpula para que el comité provisional asuma todas las funciones. Las listas electorales no cambiarán y, tras las generales, habrá primarias para nombrar otra dirección.

Las listas se confeccionaron con circunscripción única, de tal manera que, como lamentó Uriarte, los aspirantes vascos eran elegidos con votos de simpatizantes de Canarias y otros puntos del Estado. Han intentado reconducirlo con Madrid pero, lejos de alumbrar una solución dialogada, les habrían impuesto a Maura. Uriarte intentó que el candidato alavés, Juantxo López de Uralde, concurriera en las listas vizcaínas, pero Madrid cortocircuitó el movimiento y provocó que cancelara una rueda de prensa. “¡Roberto, no cojas el teléfono, que llaman de Madrid!”, vociferó ayer uno de los cargos en la comparecencia cuando sonó el móvil de Uriarte, lo que provocó las carcajadas de todo el equipo dimisionario.

Cabe recordar que ya ha habido otras dimisiones. Tras las elecciones catalanas del 27-S, arrojó la toalla Gemma Ubasart, curiosamente con argumentos muy similares. Tras una campaña ambigua sobre la independencia, Sí que es Pot se vio sobrepasado por Ciudadanos y los socialistas logrando solo 11 escaños. Ubasart opinó que deberían haber contado con un perfil más catalanista. Sacó a relucir discrepancias con las listas.