laudio - Los soberanistas catalanes avanzan hacia la independencia sin atender lo que digan los tribunales españoles. El PNV tiene otra vía. Ahora no se encuentra en la fase de la independencia sino en la búsqueda de un nuevo estatus de autogobierno acordado entre los partidos en el Parlamento Vasco, y prefiere el pacto antes que la vía unilateral. Sin embargo, comprende a la perfección el sentimiento de los soberanistas catalanes, muy condicionados por la situación de emergencia económica de su territorio y las multitudinarias movilizaciones ciudadanas a favor de la ruptura con España, y exhaustos tras múltiples intentos de acuerdo con el Estado que han sido desatendidos por el presidente Mariano Rajoy, que no habría estado a la altura. En ese contexto, los jeltzales se revolvieron ayer ante los intentos de pintar al PNV como el nacionalismo “bueno” frente a los nacionalistas “malos” de Catalunya. “Euskadi y Catalunya seguimos caminos distintos, pero un objetivo común: que nuestros dos pueblos decidan su futuro, que les sea reconocido su derecho a decidir”, avisó su presidente, Andoni Ortuzar.

En un acto público con motivo de la inauguración del nuevo batzoki de Laudio, el PNV recordó que, en el pasado, los catalanes eran los “buenos” (cuando el lehendakari Ibarretxe había lanzado su propuesta de nuevo estatuto político y la consulta), y cargó contra la manipulación de determinados ámbitos políticos, recalcando que los jeltzales defienden el derecho a decidir al igual que los soberanistas catalanes aunque en ciertos momentos puedan diferir los ritmos. De hecho, anunció que el candidato a la reelección por el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, estará presente mañana en el Parlament catalán, donde tendrán lugar dos sesiones decisivas: se aprobará la declaración de arranque del proceso independentista, y comenzará la primera sesión de investidura, todavía sin acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP para reelegir a Artur Mas, quien tiene “todo el respeto” de los jeltzales. “Aitor Esteban estará para expresar el apoyo del PNV a la decisión que adopte la mayoría soberana del pueblo catalán”, zanjó Ortuzar.

el veto de rajoy El PNV tiene su propia vía para defender el derecho a decidir, pero muestra su comprensión por los catalanes y ha sentido en propias carnes la falta de iniciativa de Rajoy a la hora de abordar las reivindicaciones territoriales. Los jeltzales desean abiertamente que sea desalojado de Moncloa tras las elecciones generales del 20 de diciembre, y el lehendakari no se ha vuelto a reunir con él desde septiembre del pasado año. Desde entonces, Rajoy no ha respondido a ninguna de sus reivindicaciones en paz y autogobierno. La legislatura se salda con decenas de conflictos por invasiones de competencias vascas y sin ningún avance en el desarme de ETA o la política penitenciaria. En materia de convivencia, Rajoy se aferra al discurso de la dureza y aboga por escribir un relato con vencedores y vencidos. “Hemos sufrido cuatro años de cerrazón y de imposición. Ninguna oferta de colaboración atendida. Un Estado que, en lugar de afrontar la crisis desde el acuerdo y el pacto, se ha enrocado sobre sí mismo. Ningún paso dado hacia un final ordenado de la violencia de ETA. Cuatro años de obstáculos”, sintetizó el candidato alavés al Congreso, Mikel Legarda.

En ese sentido, los jeltzales cargaron contra los partidos que no defienden los intereses vascos en Madrid, y llegaron a la conclusión de que el PNV es el único que ofrece garantías a Euskadi. Uno por uno, Ortuzar desmontó las credenciales de sus oponentes. Del PP de Rajoy, recordó que ha viajado recientemente a Nafarroa para negarle su derecho a decidir y apostar por cargarse la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución, que permite votar la anexión navarra a la Comunidad Autónoma Vasca. Del PSOE, lamentó que no aluda al encaje de Euskadi en su propuesta de reforma federal. Con Ciudadanos se extendió más de lo habitual precisamente en la jornada en que Albert Rivera presentaba una propuesta de reforma constitucional muy centralista que arrasa con el Senado, el Concierto Económico y las diputaciones, y que apuesta por fortalecer al Estado. “Su opción política se construye negando la nuestra, negando la singularidad de los vascos, quitándonos el Concierto Económico, obligándonos a ser españoles bien domesticados”, lamentó Ortuzar.

inquietud por ciudadanos Ciudadanos sigue subiendo en las encuestas, y es probable que acabe siendo el socio de gobierno de quien gane las elecciones, ya sea el PP o el PSOE. Ese escenario sería una debacle para los jeltzales por tres motivos: porque Ciudadanos puede poner como condición a cambio de su apoyo derogar el Concierto o por lo menos subir el Cupo, es decir, que Euskadi pague más dinero a España por servicios como el Ejército; porque una reforma constitucional condicionada por Ciudadanos podría mermar más que ensanchar el autogobierno; y porque, si Rivera es el socio de Moncloa, no sería indispensable el apoyo del PNV, que vería mermadas sus opciones de influir en el Congreso y rascar nuevas transferencias a cambio de su apoyo presupuestario, como sucedió sobre todo con el Gobierno de Zapatero.

Sobre Podemos, criticó que Madrid imponga las listas electorales a su filial vasca. También tuvo un hueco para la izquierda abertzale, que sigue “sentada en el diván psicoanalizándose para enfrentarse a lo que hizo por acción u omisión tras años de violencia”, y que unas veces desecha las instituciones españolas y otras “se declara dispuesta a apoyar un Gobierno español”. La candidata alavesa al Senado, Almudena Otaola, siguió el mismo hilo argumental de la defensa de los intereses vascos para criticar la “cara de póker de los diputados alaveses del PP y del PSOE en los debates parlamentarios sobre Trebiñu, obligados a pulsar el botón de voto que antepone unos intereses que no son los nuestros; y la cara de póker del ministro alavés ante el cierre de Foronda y la apertura de Garoña”.

barkos Desde Nafarroa, la presidenta Uxue Barkos lamentó la falta de respuestas políticas para Catalunya y se temió que esa estrategia de cerrazón del Estado termine salpicando al resto de nacionalidades históricas. “Va a salpicar al conjunto de las nacionalidades, de los territorios, y en este caso a Navarra en modo de agresión política. Veremos respuesta en otros ámbitos absolutamente indeseables a la hora de encontrar acomodo político a cualquier posicionamiento”, auguró.