Madrid - En sintonía con el rechazo de Pablo Iglesias al pacto antisoberanista, Izquierda Unida tampoco se subirá al experimento de las fuerzas constitucionalistas que trata de abanderar Mariano Rajoy junto a Albert Rivera y Pedro Sánchez, aunque éste último quiere ceñir el consenso para frenar el impulso independentista a la defensa de la Constitución. Alberto Garzón fue tajante en su réplica al presidente español en la reunión que ayer mantuvieron en Moncloa: “Ese pacto de Estado no es más que un teatro que busca confrontar a Catalunya con España”. El dirigente de la formación de izquierdas le planteó su propuesta alternativa, consistente en una mesa de diálogo en la que tomen parte todos los partidos, incluidos Convergència, la CUP y el PP, para discutir sobre la opción del referéndum y de abrir un proceso constituyente que avance hacia el federalismo.

IU rechaza de plano las acciones judiciales para detener las intenciones de los secesionistas, incluido el recurso al Tribunal Constitucional ante una declaración unilateral. “Ante cualquier acción judicial que pretenda resolver un problema político con los tribunales vamos a estar claramente en contra, porque lo consideramos inútil y una fábrica de independentistas al otro lado del Ebro”, zanjó Garzón.

Partidario de una salida “negociada y dialogada, entiende que “la ley tiene que adaptarse a la sociedad” y “subordinarse a la democracia”, de tal manera que recordó a Rajoy que “existen mecanismos democráticos perfectamente habilitados para responder a cualquier escenario de transgredir una ley en última instancia. No hace falta sobreactuar”. “Las soluciones judiciales se pueden activar de forma automática pero no son la solución”, insistió Garzón. Su apuesta pasa resolver el conflicto reside en reformar la Carta Magna al tiempo que debería evitarse “el frentismo y los bloques” para no quedar inmersos en un “callejón sin salida”. IU aboga por una consulta pactada al estilo de la escocesa, “con todas las garantías democráticas y legales”, y hasta pediría el no a la ruptura en ese hipotético referéndum, reconociendo la “realidad plurinacional” del Estado, aunque desde la “igualdad de derechos y servicios básicos para todos los ciudadanos vivan donde vivan”.

Más allá de que “llovía en Madrid”, Garzón -sin corbata y acompañado de tres miembros de su equipo de comunicación- y Rajoy no coincidieron en nada más, ironizó el candidato de IU a la Presidencia, una hora de charla donde primaron las “diferencias” en tono “cordial” y en donde el paro y las elecciones también tuvieron su espacio. Nada que ver con el cierre de filas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, con el líder del PP, antes de que éste reciba hoy al dirigente de UPyD, Andrés Herzog, y al de Unió, Duran i Lleida. Entre tanto, el acuerdo de mínimos del unionismo destila grietas porque Sánchez no está dispuesto a aceptar las intenciones de Rivera de prohibir futuras alianzas con las formaciones nacionalistas. A su vez, el secretario general del PSOE y Pablo Iglesias (Podemos) coinciden en que la única salida al problema catalán debe ser “política” aunque difieren en el método, con distintas concepciones de la reforma constitucional y discrepando sobre el referéndum.