bilbao - “Catalunya es una nación”, aseguraba Miquel Iceta, líder de los socialistas catalanes, en una entrevista concedida a El País el 25 de septiembre, dos días antes de celebrarse los comicios catalanes. En la entrevista se le preguntaba al cabeza de lista del PSC a la Generalitat si ese término debería estar incluido en la Constitución española, a lo que respondía de manera afirmativa. “A ser posible en el artículo 2 de la Constitución. Sería la mejor fórmula. Hay un interés en discutir sobre sinónimos. De la misma manera que encontramos el término nacionalidad en 1978, ahora se habla de identidad nacional, de realidad nacional, de comunidad nacional”, aseguraba el líder del PSC.
Apenas 48 horas después de las elecciones catalanas, en las que Iceta, mal que bien, ha logrado parar la sangría del PSC y colocarlo como tercer grupo en el Parlament por detrás de Junts pel Sí y Ciutadans, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, echó ayer por tierra todos los postulados mantenidos por su conmilitón catalán. Así, en unas declaraciones efectuadas al programa Espejo Público de Antena 3, el máximo dirigente del socialismo español aseguraba que en la reforma constitucional que su partido va a plantear antes de las elecciones generales del próximo mes de diciembre no incluirá el término nación para referirse a Catalunya y se limitará a reconocer las singularidades de este territorio. “En nuestra propuesta que vamos a llevar antes de las generales, no va a aparecer eso, lo que aparecerá será el reconocimiento de las singularidades de la sociedad catalana en la Constitución”, aseguró Sánchez al ser preguntado por la denominación de Catalunya como nación, fórmula que defienden los socialistas catalanes.
A juicio de Sánchez el problema de Catalunya no es de “nomenclatura o nominalista, sino de convivencia”, y aseguró en ese sentido que dentro de la Constitución española existen fórmulas para tratar de buscar soluciones de consenso.
españa es indivisible Según apuntó el secretario general del PSOE, la propuesta de revisión de la Carta Magna que su partido incluirá en el programa de cara a los comicios generales será “la misma” que la Declaración de Granada aprobada en 2013, en la que el PSOE apostaba porque España pasara del modelo autonómico al federal, con la posibilidad de reconocimiento de las singularidades de determinados territorios. No obstante, Sáchez dejó claro que reconocer estas especificidades “no quiere decir desigualdad, sino diferencias que tienen territorios como Catalunya dentro de una nación plural, diversa e indivisible como España”.
Y es que la unidad de España es uno de los ejes básicos en la reforma constitucional que planteará el PSOE. Es un límite que, según argumentó Pedro Sánchez, no va a traspasar la formación por él liderada. “La reforma constitucional que plantea el PSOE tiene como límites la unidad España, la igualdad entre españoles y resolver las muchas disfunciones del modelo autonómico”, enfatizó el líder socialista. Sánchez, además, adelantó que el PSOE no propondrá ningún tipo de privilegio fiscal para Catalunya, uno de los caballos de batalla en los últimos años, porque, a su juicio, esto supondría “romper el principio sagrado” de los socialistas de igualdad “en el acceso a los bienes públicos esenciales y a los derechos básicos de la sanidad, la educación y las pensiones”. Sánchez dejó de este modo patente su disconformidad con las afirmaciones realizadas por el ministro español de Exteriores, García Margallo, quien en el debate que mantuvo con el líder de ERC, Oriol Junqueras en la campaña electoral, aseguró que no veía con malos ojos tomar alguna medida económica favorable a Catalunya como la cesión al completo del IRPF.
Pedro Sánchez mostró también su discrepancia con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien el pasado lunes aseguró que si la formación morada ganas las elecciones y él se convierte en el nuevo presidente español abogará por la celebración de un referéndum en el que los catalanes decidirán su futuro y el tipo de relación que quieren mantener con el Estado español. Por contra, a juicio de Sánchez, “defender primero la consulta y luego negociar la fractura supondría alterar el orden de los factores”. Por ello, el máximo dirigente del PSOE defendió primero llegar a un acuerdo sobre la reforma constitucional y luego que la voten todos los españoles.
Tesis de Susana Díaz Con la decisión adelantada ayer por Pedro Sánchez de no incluir el término nación para Catalunya -se supone una postura también extensible a Euskadi- se rompe uno de los ejes en los que se ha movido el socialismo catalán en los últimos años. Ante lo que han considerado la “deriva independentista” del president de la Generalitat, el PSC ha querido contrarrestar las tesis de Artur Mas defendiendo una tercera vía, la reforma constitucional, en la que el componente nacional de Catalunya estaría contemplado. Así, una y otra vez, Iceta, que sustituyó a Pere Navarro al frente del PSC, ha abogado por la necesidad de reconocer la singularidad de Catalunya, la última tal como se ha señalado apenas dos días antes de los comicios.
Si la decisión anunciada por el Sánchez deja en evidencia a uno de sus barones, el líder catalán, supone un espaldarazo a las tesis de Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, quien en la campaña catalana protagonizó un vídeo promovido por Sociedad Civil Catalana en el que defendía vehementemente la unidad de España. Así, con la vista puesta en las elecciones generales, Sánchez es consciente de que Catalunya da lo que da a nivel de votos y Andalucía sigue siendo un granero importante para los socialistas. Otro factor a tener en cuenta es evitar la fuga de votos a Ciudadanos, adalid de la unidad de España.