bilbao - Tras tener conocimiento de la operación policial de Baigorri, se especuló con la posibilidad de que entre los detenidos pudiera estar Josu Urrutikoetxea Bengoetxea Josu Ternera. Al final se confirmó que no era así y, una vez más, Urrutikoetxea volvía a eludir la acción policial y se mantiene como el máximo referente de ETA aún en libertad.
Nacido en Ugao el 24 de diciembre de 1950, Josu Urrutikoetxea comenzó a militar en ETA desde muy joven y, en 1971, con apenas 21 años, pasó a la clandestinidad. En la dirección de ETA desde 1980, fue uno de los hombres de confianza de Txomin. En enero de 1989 fue detenido en Baiona y tras cumplir once años de prisión en cárceles galas fue extraditado al Estado español y puesto en libertad al considerar los jueces que ya había cumplido condena.
Parlamentario de Euskal Herritarrok en la Cámara de Gasteiz al final de la década de los 90, formó parte de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. En noviembre de 2003 huyó al ser imputado por dar la orden del atentado contra la casa cuartel del Guardia Civil de Zaragoza en 1987, en el que murieron once personas, entre ellas cinco niños.
Ya en la clandestinidad, tomó parte en las reuniones de ETA con los delegados del Gobierno de Rodríguez Zapatero, contactos en los que fue sustituido por Javier López Peña Thierry. Tras el anuncio de ETA del cese de su actividad armada -octubre de 2011-, se le situó en Oslo junto a David Pla e Iratxe Sorzabal. La cúpula de ETA se había trasladado a la capital noruega a la espera de mantener contactos con el Gobierno español, unos contactos que no llegaron a producirse. Desde entonces, Urrutikotxea se ha convertido en uno de los máximos objetivos de las fuerzas policiales. En verano de 2013 una operación en una localidad próxima a Andorra acabó con la detención de su mujer, pero él logró huir.
Durante años se ha especulado con una grave enfermedad que le hubiera alejado de la organización. Lo cierto es que Josu Urrutikoetxea sigue siendo el último gran jefe de ETA en libertad.