gasteiz - La CAV mantiene un nivel de alerta de 4 sobre un máximo de 5 ante posibles acciones a cargo del terrorismo yihadista. ¿Qué supone esta circunstancia?

-Supone intensificar las medidas de protección y vigilancia tanto en infraestructuras consideradas críticas, como hospitales, infraestructuras energéticas, etc., y en puntos de máxima concentración de personas.

Da la impresión que detrás de ese elevado nivel de alerta se esconde un riesgo inminente de que alguna acción terrorista tenga lugar en suelo vasco. ¿Es así?

-El nivel es el que establece el Estado; ahora bien, nosotros estamos reclamando la posibilidad de que existan sectores de riesgo. El nivel de riesgo no es el mismo en Burgos que el que pueda haber en la costa del Mediterráneo, por ejemplo. Según informaciones de la Oficina Central de Inteligencia, en Euskadi podríamos bajar ese nivel.

¿El riesgo de un atentado es menor en la CAV?

-El riesgo es global y es obvio que existe, pero lógicamente dentro de la calibración de este ámbito podríamos estar en un nivel 3, inferior al del resto del Estado.

¿Cuál es la asignatura pendiente del Departamento para el nuevo curso político?

-Llegar a un acuerdo con los sindicatos. Es importante también sacar adelante la modificación de la Ley de Policía.

¿Considera que esa modificación normativa permitirá paliar el déficit que supone, hoy por hoy, la ausencia de mujeres en la cúpula directiva de la Ertzain-tza?

-Ahora mismo tenemos un 11% de presencia femenina en la Ertzain-tza y, sin duda, es un déficit. Lo notamos en el día a día, como por ejemplo ante la necesidad de cacheos a mujeres que deben realizar otras mujeres. Es una cuenta pendiente que pretendemos corregir con la modificación de la ley. En ella planteamos que se garantice la incorporación de mujeres mediante cuotas. No sé cuál es el motivo, pero parece que entrar en la Ertzaintza no ha sido hasta ahora una opción contemplada por las mujeres.

¿A qué cree que obedece este reparo?

-Quizás por desconocimiento. La Ertzaintza tiene un ámbito de áreas muy amplio y aprovecho para animar a las mujeres a que accedan a una profesión que ofrece muchas alternativas de desarrollo. Ser ertzaina no es solamente estar en la calle, con lo gratificante que puede resultar esta actividad.

¿No ha habido intentos previos para facilitar una mayor presencia femenina?

-Se ha intentado una discriminación positiva pero ha sido recurrido ante los tribunales, que han fallado en contra. Por eso queremos establecer un mínimo de un 35% de presencia femenina a través de la modificación de la ley, una demanda que está basada en la jurisprudencia europea.

La Policía española ha triunfado, a tenor del número de seguidores, con una política de comunicación en las redes sociales más cercana a la juventud. ¿Pretenden seguir este ejemplo?

-Estamos trabajando en una nueva app de la Ertzaintza que verá la luz el próximo año.

¿Seguirá la línea marcada por el lenguaje más desenfadado de la Policía española?

-No, no en esa línea. Creo que la seriedad no está reñida con la comunicación cercana. Ser próximo no es el colegueo, sino atender con respeto y dar las explicaciones que la ciudadanía te requiere.