Bilbao - El relato del pasado sigue siendo una materia muy sensible en Euskadi casi cuatro años después del cese definitivo decretado por ETA. La reunión de mañana entre el lehendakari y los alcaldes de los 128 municipios que han registrado víctimas mortales a manos del terrorismo o de los abusos policiales ha derivado en el enésimo enfrentamiento en materia de paz. Todo ello a pesar de que la cita, según fuentes del Gobierno vasco, no tenía mayores aspiraciones que servir de punto de encuentro para que los alcaldes intercambiaran experiencias, y donde no se iba a lanzar ninguna directriz sobre cómo realizar los homenajes o sobre si debían agrupar a todas las víctimas. La dimensión que ha adquirido el debate sorprende en Ajuria Enea, aunque en general existe el convencimiento de que los discursos coinciden en el fondo.

Los socialistas, de hecho, aseguraron ayer que están de acuerdo en recordar a todas las víctimas, sean de ETA, los GAL o de abusos policiales; y que lo único que han tratado de decir es que hay que deslegitimar a los autores de esos crímenes, porque entienden que la izquierda abertzale coincide en recordar a las víctimas pero no tanto en deslegitimar a ETA y en reconocer la injusticia de la violencia. En cualquier caso, no es un detalle menor porque la reflexión de Sortu en ese sentido está paralizada. El PP, por su parte, puso el grito en el cielo por su exclusión del encuentro ya que, aunque su presencia institucional sea exigua, cualitativamente sería relevante porque el partido ha sido azotado duramente por la violencia y ha perdido varios compañeros a manos de ETA. EH Bildu está a favor de recordar a todas las víctimas.

sin instrucciones Urkullu se reunirá mañana con los alcaldes de los 128 municipios que han registrado víctimas mortales (los 3 del PP no entran en ese supuesto, aunque Lakua envió una carta a los populares para pedirles su apoyo y comprensión). Fuentes de Lehendakaritza consultadas por DNA explican que, dentro de las iniciativas de paz, se encuentra la del mapa de la memoria, que contabiliza esos 128 municipios y 707 fallecidos. Teniendo en cuenta que era poco operativo ir a cada ayuntamiento a reunirse con el alcalde, optaron por un acto general. ¿Con qué objeto? Cerrar la iniciativa del mapa intercambiando experiencias, que los alcaldes expliquen qué han hecho para recordar a los damnificados y con qué resultado, y cómo han alcanzado los consensos políticos necesarios. El Gobierno no dará instrucciones para organizar un único acto para todas las víctimas.

Buena parte del entuerto se ha generado por la proximidad del Día de la Memoria del 10 de noviembre. En muchos ámbitos se interpretó que la reunión de mañana buscaba preparar los homenajes y dirigirlos hacia el recuerdo a todas las víctimas, del terrorismo o policiales, en un mismo acto. En mayo de 2014, el Gobierno vasco aprobó unas recomendaciones para activar el mapa de la memoria en tres fases. Los municipios que nunca hubieran organizado un homenaje deberían comenzar recordando a víctimas concretas de su localidad en el día exacto en que fallecieron, es decir, celebrar homenajes puntuales e individualizados a cada víctima en la fecha de su muerte. Al año siguiente, deberían concentrar todos los homenajes en el Día de la Memoria del 10 de noviembre. Los que ya celebraran esa jornada, podrían colocar un monolito con los nombres de todas las víctimas. Esas recomendaciones se redactaron hace más de un año y no se volverá sobre ellas en la reunión de mañana, ya que el acto “no es para convencer a los demás de lo que deben hacer”.

“Es un acto participativo”, recalcan desde Lehendakaritza. No obstante, ya no saben qué cariz tomará el debate ni qué plantearán los socialistas y EH Bildu. Desde el socialismo, a pesar de la crítica de ayer, no tienen intención de hacer ruido y asumirán una actitud constructiva. Marca así distancias con el PP, muy airado en su comparecencia de ayer. De hecho, el PSE cree que el acto de mañana incluso puede llegar a ser útil si se visualiza la entrega del documento con el recuento de víctimas a la izquierda abertzale para que dé pasos.

Por parte del Gobierno vasco, se mantiene la pretensión de que el acto sea meramente expositivo, sin directrices a los alcaldes. Tampoco se pretende debatir sobre el suelo ético, el reconocimiento de la injusticia de la violencia que ha mantenido atascada a la Ponencia de Paz en los últimos dos años. No sería el momento ni el lugar, sino que habrá otros momentos y lugares. De hecho, el PNV lleva meses debatiendo discretamente con la izquierda abertzale al respecto.

No obstante, la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, presentó ayer un documento con las claves que defenderá en el encuentro, y que van muy al fondo del debate sobre la injusticia de la violencia. Mendia aclaró que todas las víctimas tienen derecho a la verdad, la justicia y la reparación porque todas ellas “han sufrido injustamente”, y recalcó que no se puede olvidar ningún nombre ni hacer distinciones en cuanto a su reconocimiento y su reparación. Sin embargo, agregó que esas víctimas deben ser reconocidas pero “contando la verdad de lo que les ocurrió a cada una de ellas” para no caer en la justificación del asesinato.

“Hoy todos estamos de acuerdo en reconocer y reparar a todas las víctimas, mientras que no todos deslegitimamos todas las causas que llevaron a esas personas a ser víctimas. Todos rechazamos los contraterrorismos y los abusos policiales que han ocurrido, pero la izquierda abertzale sigue sin deslegitimar a ETA y sin hacer autocrítica de su apoyo decidido a esa organización terrorista”, dijo. Por ello, pidió incluir todo o parte del suelo ético en el planteamiento de los actos de memoria, y censuró que Lakua se “lave las manos” dejando que cada ayuntamiento haga lo que desee.

Desde el PP vasco, Arantza Quiroga lamentó que su partido no haya sido convocado a la cita de alcaldes y que, por el contrario, se dé “protagonismo a quienes no solo no han condenado el terrorismo, sino que lo han promovido”, según dijo. Consideró “extraño” que su formación, que ha sido “objeto de ETA y ha sufrido su azote con cargos públicos asesinados y amenazados se entere por carta de algo tan sensible”. “Esto no se puede ventilar de esta manera”, lanzó. También pidió cambiar el nombre de la Ponencia de Paz por el de Ponencia para la Convivencia y la Libertad, con la premisa de reconocer que ETA nunca debió existir, reparar el dolor de las víctimas, reconocer todo el daño causado y admitir que la justicia “es el camino para la paz y la libertad”.

En medio de tantas propuestas, el PNV terció para aclarar el objetivo de la cita. Su presidenta en Bizkaia, Itxaso Atutxa, precisó a Europa Press que no se busca un “consenso sobre nada” sino aportar documentos para decidir con libertad qué hacer.