Barcelona - El baile de nombres de la lista por la independencia de Catalunya tiene ya rostros visibles. El exdirigente de ICV Raül Romeva, la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, y la líder de Òmnium Cultural, Muriel Casals, se erigen en los componentes de la sociedad civil que encabezarán los tres primeros lugares de la plancha pactada por CDC, ERC y las entidades, y a quienes seguirán Artur Mas y Oriol Junqueras, con el consenso de que, en el supuesto de victoria secesionista el 27-S, el vigente jefe del Govern será el president mientras que el republicano ocuparía la vicepresidencia.
El exeurodiputado ecosocialista, que no se presentó a las últimas elecciones europeas y que abandonó su partido el pasado marzo por discrepancias con la dirección que abandera Joan Herrera, pasó a coordinar de la mano de Òmnium la campaña Ara és l’hora’ bajo el convencimiento de que “si no resolvemos de forma urgente y satisfactoria la situación paralizadora que supone el debate nacional, poco podremos hacer en todas las otras cuestiones”. Por su parte, Forcadell apenas ha estado dos meses alejada de los focos tras ceder el testigo de la presidencia de la ANC a Jordi Sánchez; lingüista fundadora de la Plataforma per la Llengua, fue concejala de ERC en el Ayuntamiento de Sabadell y posteriormente dejó la militancia para centrarse en el activismo independentista hasta el punto de ser la figura más destacada en esta función. A su lado siempre se ha encontrado Casals, al frente de la otra entidad de la que lleva sus riendas desde 2010. En una nota conjunta, los tres agradecieron el “compromiso” que se les presenta para ganar la independencia en las urnas y dotar a “miles de catalanes” de herramientas ante la crítica situación económica que atraviesan, y la posibilidad de “superar un marco institucional enquistado”. “Es el momento de mirar adelante. El país del futuro lo tendremos que construir entre todas y todos. Todo está abierto. El 27-S tenemos nuestro futuro en nuestras manos”, se congratulan.
El consenso alcanzado por partidos y entidades señala que, además de los nombres citados en la lista por Barcelona, los dos primeros puestos en Tarragona, Girona y Lleida irán también a manos civiles. En la concerniente a la capital, a partir del octavo escalón CDC y ERC se alternarán en una proporción de 60 a 40, porcentaje que se respetará en el Govern de coalición, donde los republicanos dispondrán de la presidencia del Parlament en un Ejecutivo con portavoz de Convergència. El pacto no tuvo discusión en la sede nacionalista, pero sí en la republicana, donde hasta 40 personas pidieron la palabra, si bien se aprobó por aclamación y sin votación. Mas sí quiso trasladar a la dirección de su partido su malestar con la CUP por no haber querido subirse al carro para situarse en un “estado de confort” con su lista rupturista alternativa.
el 28-S, la declaración nominal El acuerdo contiene un paquete de medidas para declarar la independencia en un periodo que iría de los seis a los nueve meses, según fuentes próximas a la negociación, y es que “por primera vez” se recoge todo el camino jurídico hasta la llamada desconexión del Estado español, incluidos los decretos y pasos a dar pese a que desde Madrid exista una previsible feroz oposición. Es más, el mismo 28 de septiembre se produciría una inmediata declaración nominal de independencia, aunque su valor sea solo simbólico. Semejante fase temporal es la que estiman suficiente para que la situación con el Tribunal Constitucional (TC) y la Hacienda sea insostenible. De tener mayoría para legislar, CDC y ERC abogan por una “ley de transitoriedad jurídica” que supliría el marco legal español: las leyes del Estado seguirían vigentes a medida que se irían cambiando por las catalanas, otorgando de esta manera “fundamento de derecho” a todas las resoluciones del Govern y del Parlament. Los partidos han acelerado los plazos, recortándolos a la mitad al aparcar los 18 meses fijados en el consenso previo, porque creen que esperar tanto haría morir el proceso de “inanición”. Ante el rechazo de Madrid, el Consell Assessor per a la Transició Nacional (CATN) sugiere la proclamación unilateral tras la cual sería “conveniente” celebrar un “referéndum de ratificación”. Ayer mismo Junqueras no podía contener su euforia en su Twitter oficial, donde colgó el siguiente mensaje: “¡Vamos! ¡Ganaremos!”.
rajoy amenazaría con el tc Por de pronto, Mariano Rajoy advirtió de que hará cumplir “la ley y la soberanía nacional” si todo esto se pone en marcha, insistiendo en que solo hay anunciadas “lisa y llanamente unas elecciones autonómicas”. Entre sus intenciones se baraja acudir al Constitucional si en el decreto de convocatoria de los comicios o en la campaña institucional electoral se desliza cualquier cariz plebiscitario. Es decir, que el presidente español amenaza con tener la sartén jurídico-constitucional por el mango. Lo corroboró su ministro de Justicia, Rafael Catalá, al afirmar que si se llama a las urnas fuera del marco legal, el Gobierno del PP procederá a su impugnación.