atenas - El acuerdo con los socios europeos no ha facilitado las cosas al primer ministro griego, Alexis Tsipras, que mantuvo ayer varias reuniones con miembros de Syriza para tratar de acumular apoyos de cara a la decisiva votación de hoy, mientras las medidas de ajuste han despertado la protesta de los sindicatos. El Parlamento heleno debe dar luz verde hoy al primer paquete de medidas y la semana próxima a un segundo para que sea posible iniciar las negociaciones sobre el tercer rescate.
Tras la reunión ayer del comité político de Syriza, que concluyó con un llamamiento a la unidad, Tsipras mantuvo varios encuentros en la sede del Gobierno, en un intento de asegurarse la mayoría propia necesaria para que la votación prospere. Estaba previsto que también se reuniese el grupo parlamentario de Syriza para analizar las medidas, pero a última hora de la tarde, la oficina del partido en el Parlamento todavía no tenía confirmación del encuentro que, según los medios, incluso podría aplazarse hasta después de la votación del miércoles.
el ala ‘radical’ del partido La Plataforma de Izquierda, la corriente radical del partido, ya manifestó que no respaldará la votación. Uno de los representantes de esta facción es el ministro de Energía, Panayotis Lafazanis, quien afirmó ayer que no votará a favor del acuerdo, pese a lo cual no tiene intención de dimitir. Además, Lafazanis emplazó al primer ministro y al Gobierno a retractarse y retirar su apoyo al acuerdo. Lafazanis es uno de una treintena de diputados de Syriza -en total son 149- que no dieron la semana pasada al Gobierno un mandato para las negociaciones en Bruselas, la mayoría de ellos mediante abstenciones, ausencias y dos con votos en contra.
La prensa local señaló que la Plataforma de Izquierda estaría planteándose pedir la celebración de un congreso extraordinario de Syriza, y se plantea formar su propio grupo parlamentario. Entre los díscolos estarían varios miembros del Gobierno, como el ministro adjunto de Seguridad Social, Dimitris Stratulis, el ministro adjunto de Defensa, Kostas Ísijos, y el ministro adjunto de Exteriores, Nikos Juntís, quien el lunes dimitió como diputado, aunque, por el momento, no ha dejado el cargo. Juntis e Ísijos forman parte de una quincena de parlamentarios que votaron a favor de dar el mandato al Gobierno, pero que después publicaron una carta solidarizándose con los rebeldes.
griegos independientes La situación tampoco es estable en el seno del nacionalista Griegos Independientes, socio del Gobierno. Tras las reuniones ayer de su grupo parlamentario y del comité ejecutivo, su líder, Panos Kamenos, mostró su respaldo al Ejecutivo para la votación de hoy, pero dejó entrever que podría rechazar el documento firmado en Bruselas, que también debe someterse a voto. Por ahora no hay una imagen clara de cuál será la decisión de Tsipras de cara a la trascendente votación de hoy y los próximos días.
Los apoyos. El partido conservador Nueva Democracia, el centrista To Potami y el socialista Pasok expresaron ayer su apoyo al acuerdo con los acreedores.Prohibición de exportar. El Ministerio de Sanidad heleno prohibió ayer la exportación de 25 tipos de medicamentos tras las advertencias por parte de los farmacéuticos de que tienen problemas a la hora de garantizar algunos suministros.
Informe confidencial. Grecia necesitará un alivio de su deuda mucho más profundo de lo que sus socios de la zona euro han estado dispuestos a considerar, según un estudio confidencial del FMI.
Rechazo a destinar fondos. Reino Unido, Dinamarca, Suecia y otros países de la UE que no forman parte del euro mostraron ayer su rechazo a la posibilidad de destinar fondos comunitarios para que Grecia haga frente a sus vencimientos más inmediatos.
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Millones de euros dejó de pagar Grecia ayer, según confirmó el FMI. Acumula así atrasos en los reembolsos por valor de unos 2.000 millones de euros.