Antes de las elecciones de mayo, buena parte de la clase política vasca se preguntaba si Podemos facilitaría el cambio en Nafarroa o si la dirección estatal vetaría cualquier acuerdo en el que participara la izquierda abertzale. En algunos ámbitos se señalaba que a Pablo Iglesias le convenía marcar distancias con EH Bildu. Los sectores conservadores insistían en situarlo en la radicalidad, mientras trataban de desviar el voto descontento hacia Ciudadanos y su líder Albert Rivera como opción de cambio seguro. Por ello, quedaba en el aire la posición que adoptaría Podemos en Nafarroa, sobre todo cuando el partido parecía inmerso en un intento de suavizar su imagen mirando a la Moncloa y a las elecciones generales de noviembre, una operación de la que también formaría parte la fotografía de Iglesias con el rey español regalándole la serie Juego de Tronos. En ese contexto, Iglesias realizó unas declaraciones que todo el mundo (incluida la izquierda abertzale) interpretó como una petición de condena de ETA a cambio de acordar en Nafarroa, una lectura que, sin embargo, ha quedado muy superada por los hechos y por recientes discursos de Podemos, que no coloca líneas rojas a EH Bildu.

“Primero hay que dejar votar y, a partir de esos resultados, estamos dispuestos a hablar con todo el mundo en torno a cuestiones que tengan que ver con los derechos sociales y, por supuesto, bajo la premisa de la condena del terrorismo”, dijo Iglesias en campaña, cuando le preguntaron si estaba dispuesto a pactar con EH Bildu para desbancar a UPN de Nafarroa. Desde entonces, únicamente se ha filtrado a la prensa de forma algo confusa un compromiso que habría adoptado la izquierda abertzale para condenar la violencia de ETA pero a futuro, no sobre los actos del pasado. Aun así, la lista avalada por Podemos en Iruñea, Aranzadi, ha dado sus votos a la izquierda abertzale para entregar la alcaldía a Joseba Asiron y no a UPN. La militancia de Aranzadi ha apoyado incluso entrar en el gobierno. El pacto también lo han suscrito Geroa Bai y Ezkerra.

Podemos ha matizado que el acuerdo no lo ha firmado el partido en puridad, sino una candidatura local que goza de plena autonomía. Pero sí está participando como tal en el pacto para investir a Uxue Barkos como presidenta de Nafarroa. Barkos es la candidata de Geroa Bai, no de la izquierda abertzale, de modo que hasta ahí no hay misterio; si bien en la negociación del programa de gobierno están presentes varios partidos, entre los que vuelve a encontrarse EH Bildu. El socialismo se ha autoexcluido por la presencia de la izquierda abertzale, algo que Podemos no ha hecho. Ha priorizado el desalojo de UPN, a la que ve salpicada por la corrupción.

partido legal En las últimas jornadas se han acumulado movimientos de apertura de Podemos hacia la izquierda abertzale. Su secretario de Organización estatal, Sergio Pascual, ha dado normalidad a los acuerdos recordando que todos los partidos que concurren a las elecciones lo hacen porque han pasado la criba de los tribunales. “Afortunadamente en este país ningún partido que no mantenga un respeto escrupuloso por los Derechos Humanos puede presentarse a las elecciones”, dijo. En una entrevista publicada en DNA, el fundador y exdirigente de Podemos, Juan Carlos Monedero, matizaba que EH Bildu no es Sortu, sino algo más amplio; que “está ayudando mucho al fin de la violencia de ETA”, y puso en valor que “ayer pensaba que la solución era la lucha armada y hoy ha optado por la vía electoral”.

No ha habido grandes operaciones conjuntas al margen del caso especial del desalojo de UPN en Nafarroa, donde Podemos se ha apoyado en el clamor social para desbancar a un gobierno que considera corrupto. En la Comunidad Autónoma Vasca, ha recalcado sus diferencias en materia de paz e identidad con la coalición abertzale. Las señaló su líder Roberto Uriarte en su primer contacto al más alto nivel con EH Bildu, a principios de mes. Dijo que había dado pasos en el reconocimiento del daño causado, pero los juzgó “demasiado modestos”. Aunque no hay veto, no termina de haber abrazo. Cuando la coalición abertzale no descartó postularse para presidir la Diputación de Araba, Uriarte enfrió esa vía al remarcar sus diferencias en paz e identidad, y de todos modos recordó que no es muy amigo de los pactos estables en suelo vasco sin haber ganado las elecciones.

En la paz, con independencia de la polvareda que levantaron las declaraciones de Iglesias contra la dispersión, lo cierto es que Podemos se mantiene firme pidiendo más pasos de autocrítica. En materia identitaria, apoya el derecho a decidir pero no entra a respaldar la independencia. Iglesias, incluso, la ha rechazado a nivel estatal. Uriarte no fue a los actos de Gure Esku Dago por el derecho a decidir al verlos “escorados hacia el abertzalismo”. De todos modos, paz y derecho a decidir representan un porcentaje ínfimo de la gestión cotidiana en las instituciones locales y forales, donde queda por ver si coinciden en las votaciones sobre fiscalidad. Aunque Podemos opta por abstenerse en las investiduras, y aunque no quiere frentes y se ve cómodo entre abertzales y no abertzales, coincide con la izquierda abertzale en sus reticencias hacia el tren de alta velocidad, su propuesta de moratoria para las grandes infraestructuras, y su defensa de un impuesto especial para las grandes fortunas.

acuerdos De hecho, también ha habido movimientos en la comunidad autónoma. Podemos e Irabazi sumaron sus votos a los de la izquierda abertzale para que obtuviera la vicepresidencia primera por delante del PP en la Mesa de las Juntas de Araba. En la Mesa de Bizkaia, Podemos y EH Bildu volvieron a votar conjuntamente para hacerse con un asiento cada uno. En el pleno de investidura del jeltzale Markel Olano en Gipuzkoa, Podemos se abstuvo pero dejó constancia de que se siente “más próximo” al discurso del candidato de EH Bildu, Xabier Olano, aunque no comparta su manera de aplicar las medidas. En Gasteiz, Irabazi tuvo que desmentir un frente entre su partido, la izquierda abertzale y la plancha avalada por Podemos (Sumando-Hemen Gaude) a pesar de los “puntos de encuentro”. ¿La suma de Podemos, EH Bildu e Irabazi es determinante en alguna institución? En Juntas de Araba, podría serlo. Aglutina 20 escaños, por encima de los 18 del pacto PNV-PSE. En Gasteiz, el escenario se presenta endiablado, con un triple empate a 9 escaños entre una eventual coalición PNV-PSE, un PP dolido con los jeltzales por el desalojo de Maroto, y el bloque de izquierdas.