- “Ahora sí que tenemos un Govern 100% cohesionado en el objetivo último nacional, en el sí-sí”. Finiquitado un periplo de 37 años en común con Unió, Artur Mas fija ya su mirada en el 27-S cerrando filas en Convergència y diseñando un nuevo gabinete donde ha querido acentuar “un independentismo sin complejos” y, sobre todo, su perfil social con la designación como número dos de Neus Munté, consellera de Bienestar, con intención de hacer frente al bloque de izquierdas que pueda tejer ERC, la llamada alianza por la república catalana, e incluso Podemos. El president tira de tres diputados de su formación para configurar un Ejecutivo monocolor en esta transición hacia las urnas: Meritxell Borràs, a Gobernación; Jordi Jané, a Interior; y Jordi Ciuraneta, a Agricultura; y en el que solo Boi Ruiz y Ferran Mascarell no tienen carné del partido.

Tras la “separación dolorosa” en el seno de la federación y de la propia Generalitat, Munté se erige en la nueva mujer fuerte del Govern en detrimento de Joana Ortega, de quien Mas valoró su “coraje, valentía, sentido común y serenidad” en los “momentos más convulsos de la legislatura”, en referencia al pasado 9-N, ya que compaginará la vicepresidencia con la portavocía, relevando en este último cometido a Francesc Homs, que coordinará la campaña del jefe del Govern para el 27-S a expensas de cómo quede configurada su lista. “Le he pedido que me ayude, no es un trabajo del Gobierno pero supone horas”, explicó el president, quien reconoció que el rango adquirido por Munté servirá para dar “más relevancia social” a su equipo ante unos comicios en los que CDC competirá con el soberanismo de izquierdas. “Hemos querido situar la justicia social en el frontispicio de lo que es la máxima relevancia dentro del Ejecutivo. De aquí que ella siga ejerciendo las mismas funciones con un rango más significativo”, destacó Mas.

Las competencias de Gobernación que combinaba Ortega recaerán en la diputada convergente en el Parlament Meritxell Borràs (L’Hospitalet, 1964), que será la encargada de toda la infraestructura del 27-S. La parlamentaria, en la Cámara desde 1995, es una de las más veteranas de CiU, y ha sido la portavoz nacionalista en una de las comisiones más difíciles para el grupo parlamentario, la que investiga el caso Pujol. Otro veterano diputado, pero en el Congreso, se hará cargo de Interior. Jordi Jané (L’Arboç, 1963), en las Cortes desde 1996, actuó como portavoz adjunto del grupo catalán durante dos legislaturas. Actualmente vicepresidente cuarto de la Cámara, se hizo notar en la implantación del carnet por puntos. La cartera de Agricultura será para Jordi Ciuraneta (Sabadell, 1964), diputado en el Parlament por Lleida. De los tres nuevos consellers, este empresario ganadero y agrícola es el único que ya estaba en su Departamento: fue asesor de Mas en agricultura, ganadería y pesca entre 2011 y 2012, y director general de pesca hasta 2014, cuando entró en la Cámara catalana.

Amén de subrayar la “lealtad y eficacia” de Espadaler, Pelegrí, y Ortega; Mas pasó página y ahondó en que “trabajar por el sí-sí es hacerlo por todo el país, para los 7,5 millones de catalanes, no por una parte, independientemente de si se está a favor o no” del Estado propio e independiente. Por eso, la misión para estos meses es “que la gente se pueda pronunciar sobre esto” porque, si bien “lo intentamos y lo hicimos el 9-N”, ahora “lo queremos hacer con todas las consecuencias” a través del 27-S. Paralelamente, el coordinador general de CDC, Josep Rull, garantizó que habrá elecciones al margen de la decisión que tomen la ANC, Òmnium Cultural y la AMI sobre la lista de unidad que el president les propuso el pasado sábado, y con quien se reunirán a lo largo de esta semana. “Tenemos el compromiso de concurrir con la mejor fórmula posible. La unidad es lo mejor pero, si no es posible, CDC está preparada para dar el paso”, zanjó Rull. Mas lo tiene claro: “Nos estamos jugando la existencia de este país, el progreso y el horizonte de las próximas décadas y generaciones”.

acusación de rajoy En este escenario, Mariano Rajoy se pronunció ayer por vez primera con profundidad respecto a la ruptura de CiU, acusando a Mas de haber provocado con su “extremismo” esta quiebra después de haber motivado la división de la sociedad catalana. Tras la cumbre hispano-portuguesa celebrada en la localidad pontevedresa de Baiona, el presidente español llamó la atención sobre el hecho de que 37 años después de la creación de CiU haya sido ahora cuando se ha roto esta coalición. “Realmente todas las políticas que se instalan en el extremismo, que generan división, acaban produciendo este tipo de cosas”, valoró Rajoy, que volvió a negar el carácter plebiscitario del 27-S.