PAMPLONA. Además, ha avanzado que en los próximos días valorará el ejercicio de "determinadas actuaciones" que considera le pueden "corresponder en derecho" en relación con "algunos de los hechos" que ha "sufrido" desde que tuvo lugar su detención, y en los que ha padecido "una enorme sinrazón".

Cervera, en un texto facilitado a través de su cuenta de Twitter, recogido por Europa Press, manifiesta que con la sentencia conocida este miércoles termina para él "un episodio que empezó hace más de dos años y medio", el tiempo que "ha tardado la Justicia en determinar" que no tiene "nada que ver con los hechos investigados".

Tras mostrar su agradecimiento a "tantas y tantas personas que desde el primer momento" confiaron en su inocencia, Cervera defiende que, con sus "innumerables defectos" dentro del trabajo político, "siempre" se ha comportado con "integridad" y que ha pretendido cumplir con "lo que de mí se esperaba".

"Cometí una imprudencia cuando me acerqué a la muralla tras serme ofrecida determinada información", reconoce el exdiputado del PP, para agregar que considera que ha pagado "con creces" ese "atrevimiento".

Sobre la sentencia que le absuelve del delito de amenazas que le imputaba el expresidente de CAN, Santiago Cervera remarca que el fallo judicial es "taxativo" y ratifica su "completa inocencia". "Habla claramente de mi afán de colaboración con la Justicia y concluye que no hay la más mínima relación entre mi conducta y el envío del correo electrónico investigado", subraya.

En cuanto a la instrucción del caso, lamenta que se haya prolongado por "más de año y medio", tiempo en el que, a su juicio, el juez "ha dispuesto de todos los recursos que ha considerado convenientes". En su opinión, es "imposible" investigar con "mayor prolijidad a una persona".

En este sentido, Cervera señala que a lo largo del procedimiento de instrucción se han analizado "todos" sus dispositivos electrónicos, los movimientos de sus cuentas corrientes "incluso de año y medio antes de los hechos" y se han leído sus correos electrónicos y mensajes telefónicos, además de trazar sus movimientos a través de las antenas de telefonía y llamar a testificar a más de 40 personas.

"Me cuesta imaginar que nadie, ni siquiera a un acusado por crímenes de gravedad, se le pueda someter a una investigación tan intensa", sostiene el exdiputado 'popular', para remarcar que el resultado de la sentencia es que "nada de lo que yo he hecho merece siquiera ser considerado como indicio de ningún comportamiento punible".

NO SE ARREPIENTE DE SU DIMISIÓN

En el texto, Santiago Cervera recuerda que dimitió como diputado en el Congreso el 10 de diciembre de 2012, "inmediatamente después de suscitarse estos hechos", una decisión que, según señala, adoptó porque "siempre" ha creído que los cargos públicos "deben mostrar no sólo un comportamiento íntegro y honorable, sino que siempre deben estar en condiciones de prestigiar la institución en la que sirven".

A este respecto, agrega que con su dimisión también quiso "facilitar la investigación, poniéndome en manos del juez ordinario, tratando de que con ello la Justicia actuara más rápidamente", aunque finalmente "se han empleado dos años y medio para saber que no mandé un correo electrónico".

En cualquier caso, Cervera asegura que no se arrepiente de su dimisión porque, según dice, "nunca" ha sido un político que "quisiera aprovecharse de su posición para procurarse ninguna ventaja".

"A pesar de la enorme sinrazón que he sufrido durante todo este tiempo, no voy a decir ahora aquello de ¿quién me resarce a mi de todo esto?, aunque posiblemente tendría motivos para hacerlo", afirma el exdiputado del PP, para remarcar que a partir de este momento "sólo" quiere dedicarse a sus actividades profesionales en el área sanitaria y "lejos de la política".

*A continuación les reproducimos de forma ÍNTEGRA la carta que Santiago Cervera ha publicado en su Twitter personal:

Sobre la sentencia.

Hoy ha terminado para mí un episodio que empezó hace más de dos años y medio. Ese es el tiempo que ha tardado la justicia en determinar que yo no tengo nada que ver con unos hechos investigados que ya son conocidos.

Lo primero que tengo que hacer es mostrar mi agradecimiento a tantas y tantas personas que desde el primer momento confiaron en mi inocencia. Con mis innumerables defectos dentro del trabajo político, siempre me he comportado con integridad y he pretendido cumplir con lo que de mí se esperaba. Cometí una imprudencia cuando me acerqué a la muralla tras serme ofrecida determinada información, y creo haber pagado con creces aquel atrevimiento.

La sentencia que hoy se ha conocido es taxativa y ratifica mi completa inocencia. Habla claramente de mi afán de colaboración con la Justicia, y concluye que no hay la más mínima relación entre mi conducta y el envío del correo electrónico investigado.

He sufrido una instrucción que se ha prolongado por más de año y medio, y en la que el juez ha dispuesto de todos los recursos que ha considerado convenientes. Creo que es imposible investigar con mayor prolijidad a una persona. A lo largo del procedimiento de instrucción se han analizado todos mis dispositivos electrónicos, se han examinado movimientos de mis cuentas corrientes incluso de año y medio antes de los hechos, se han leído correos electrónicos y mensajes telefónicos personales, se han trazado mis movimientos a través de las antenas de telefonía, se ha llamado a testificar a más de 40 personas... Me cuesta imaginar que a nadie, ni siquiera a un acusado por crímenes de gravedad, se le pueda someter a una investigación tan intensa. Y el resultado es que nada de lo que yo he hecho merece siquiera ser considerado como indicio de ningún comportamiento punible.

Dimití como diputado el 10 de diciembre de 2012, inmediatamente después de suscitarse estos hechos. Lo hice porque siempre he creído que los cargos públicos deben mostrar no sólo un comportamiento íntegro y honorable, sino que siempre deben estar en condiciones de prestigiar la institución en la que sirvan. Pero lo hice también para facilitar la investigación, poniéndome en manos del juez ordinario, tratando de que con ello la Justicia actuara más rápidamente. Y aunque esto no fuera así -­?repito, se han empleado dos años y medio para saber que yo no mandé un correo electrónico-­? no me arrepiento de aquella dimisión. Nunca he sido un político que quisiera aprovecharse de su posición para procurarse ninguna ventaja.

A pesar de la enorme sinrazón que he sufrido durante todo este tiempo, no voy a decir ahora aquello de “¿quién me resarce a mí de todo esto?”, aunque posiblemente tendría motivos para hacerlo. A partir de este momento, sólo quiero dedicarme a mis actividades profesionales en el área sanitaria y lejos de la política. He aprendido a valorar mejor muchas cosas que en la vida hay, y eso es algo que afortunadamente he ganado durante éste tiempo. No obstante, en los próximos días valoraré el ejercicio de determinadas actuaciones que considero me pueden corresponder en derecho, y en relación con algunos de los hechos que he sufrido durante este periodo.

Santiago Cervera Soto.

17 de junio de 2015