bilbao - Podemos y el PNV celebraron ayer su primera reunión al más alto nivel para estudiar posibles acuerdos en los ayuntamientos y las diputaciones y, aunque los jeltzales tienen la intención de convocarlo a más encuentros a nivel territorial, el partido emergente tiene prácticamente tomada su decisión de ejercer la oposición. Tras una reunión de 55 minutos, el secretario general de Podemos, Roberto Uriarte, opinó que jeltzales y socialistas ya tienen cerrado su pacto de gobernabilidad y que, en ese escenario, a su partido le tocará “probablemente” estar en la oposición. Además, avisó de que los jeltzales deberán dar un “giro de 180 grados” en sus políticas si desean contar con su apoyo. No obstante, dejó ver que no practicarán el acoso y derribo, sino una oposición “constructiva”.

Aunque Podemos logró unos meritorios 148.000 votos en las pasadas elecciones y triplicó los 52.000 que había logrado tan solo un año antes en las europeas, sus escaños no serán determinantes para la gobernabilidad en las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, ni en los ayuntamientos de Bilbao y Donostia, donde un acuerdo entre jeltzales y socialistas rebasaría la mayoría absoluta. En Araba sí pueden tener la llave, sobre todo en Gasteiz, donde sus votos serían imprescindibles para desalojar al popular Javier Maroto e investir a un candidato alternativo si el socialismo se negara finalmente a entrar en ese bloque. No son más que hipótesis porque el PNV tampoco ha aclarado si sumará con la izquierda abertzale para descabalgar al alcalde en funciones.

Podemos sí ha apostado por entrar en esa estrategia, lo que supone una excepción en su apuesta por no apoyar en las sesiones de investidura a ningún candidato que no sea el suyo propio. Aunque no vaya a mojarse en ese trámite inicial, Podemos sí ha apostado por forjar acuerdos puntuales con todos una vez constituidos los gobiernos. Por lo que aseguró ayer, ve lejos el entendimiento con los jeltzales. Aunque podría tratarse de una posición de partida y podrían detectarse coincidencias cuando bajen a lo concreto, lo cierto es que se empleó con dureza contra el PNV en el último tramo de la campaña, cuando lo acusó de haber cometido casos “muy gordos” de corrupción. “Que anden con cuidadito porque los conocemos y los vigilamos”, dijo entonces Uriarte. En la pelea por el espacio de la izquierda, el PSE ha optado por implicarse en la gobernabilidad.

Tras una cita en Sabin Etxea entre delegaciones encabezadas por Uriarte y el líder del PNV, Andoni Ortuzar, el jeltzale Joseba Egibar dijo que la intención era abrir la puerta a la relación con Podemos sin caer en estereotipos por ambas partes. No descartó acuerdos, pero se mantiene a la espera de ver en qué concreta su apuesta por la regeneración democrática y un sistema económico alternativo. Avisó de que el país “no arranca ahora”, y puso en valor el sistema de protección social construido hace décadas. Uriarte dijo que el PNV no le había trasladado ninguna oferta en concreto y que, si sigue así, tendrá su “oposición leal y constructiva, pero muy vigilante”. Pide luchar contra el fraude y un plan de retorno de jóvenes emigrados, entre otras medidas.