madrid - La líder de UPyD, Rosa Díez, superó con nota la moción de confianza a la que ha sido sometida en un Consejo Político extraordinario en el que los críticos, encarnados ayer en Toni Cantó, no lograron debilitar su liderazgo, aunque sí habrá un congreso extraordinario que puede renovar la dirección.
Resistió el envite, pero no quiso despejar si presentará su candidatura para seguir al frente de la dirección o si concurrirá a las primarias para liderar la candidatura a las elecciones porque es algo de lo que no hablará -recalcó- hasta después de los comicios de mayo.
“No me voy a distraer ni un minuto en esa cuestión porque mi objetivo, dijo en sus primeras palabras tras finalizar el consejo, es que los candidatos obtengan el mejor resultado en los comicios”. Mientras salió victoriosa respaldada por el resultado de la votación de una resolución en la que se proponía aplazar hasta después de la cita de mayo todos los cambios que hagan falta para mejorar la estrategia de UPyD (82 a favor, 32 en contra, dos abstenciones y un voto nulo), Toni Cantó abandonaba el cónclave “un poquito triste”, dijo a los periodistas. Como Díez, no quiso hablar de su futuro y se limitó a reconocer la derrota de quienes como él pensaban que es necesario un cambio “en profundidad” en UPyD. Visiblemente afectado por una derrota que no creía tan amplia, insistió en que con resultados como los de Andalucía, en cualquier empresa u organización se habrían asumido responsabilidades. Y sobre el futuro de Cantó, Rosa Díez sí que habló y dijo con condescendencia que es el candidato de UPyD para la Generalitat valenciana y que como cualquier otro miembro de la formación magenta tiene derecho a plantear las cuestiones que considere oportunas. Fueron siete horas de debate a puerta cerrada, en las que las voces discrepantes de la estrategia de UPyD pidieron la dimisión de Rosa Díez y el acercamiento a Ciudadanos para no desaparecer. Es lo que defendió Cantó y otros dirigentes en los debates, como el portavoz de la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, que es el único del sector crítico que sigue en el consejo de dirección de UPyD, después de las dimisiones el lunes de los diputados Irene Lozano y Álvaro Anchuelo, y de David Andina y Rodrigo Tena.
De esta crisis, la más profunda en los siete años de andadura de UPyD, emerge una figura como relevo natural de Rosa Díez, el responsable de Regeneración y abogado de las causas de Bankia, Andrés Herzog, a quien esta misma semana Díez le nombró su mano derecha.
Herzog ha aprovechado para postularse como líder de UPyD, “no ahora”, recalcó, pero sí cuando se presente el momento, que podría ser en las próximas elecciones generales, según ha dejado caer. Si Rosa Díez da un paso atrás y se aparta de la dirección, ahí estará él, dijo, dentro y fuera del Consejo político, donde fue más duro con los díscolos que la propia Díez, al acusarles directamente de intentar vender los “despojos” de UPyD para salvar sus intereses personales. Poca autocrítica hubo por parte de la dirección, más allá del perdón que pidió la líder de UPyD por no haber hecho una lectura más crítica del desastre electoral en Andalucía, ya que UPyD ni siquiera consiguió entrar en la Cámara, mientras que su más directo competidor, Ciudadanos, consiguió irrumpir a la primera con nueve escaños. - Efe