gasteiz - Seis meses después de su último encuentro, la inauguración del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo parecía una buena ocasión para que el presidente del Gobierno español y el lehendakari acercaran posturas, pero nada más lejos de la realidad. Ante la falta de una cita oficial entre ambos mandatarios que Moncloa evitó incluir en la visita a Euskadi de Mariano Rajoy, Iñigo Urkullu aprovechó su intervención en el Palacio Villa Suso para demandar públicamente al dirigente conservador una “nueva política de Estado” que facilite dar un paso más en el nuevo tiempo sin violencia terrorista para pasar de “coexistir” a “convivir”, pero el intento del lehendakari cayó en saco roto y Rajoy contestó, también a través de su intervención en el acto, que ceñirá su actuación en este ámbito al “homenaje imperecedero a las víctimas”.

La respuesta del presidente del Gobierno español no sorprendió al Ejecutivo vasco, también representado en el acto inaugural de ayer por el secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, y la directora de Atención a las Víctimas, Monika Hernando, al dar continuidad a la estrategia inmovilista que el PP ha mantenido desde que ETA anunciara su cese de actividad definitivo hace más de tres años.

El lehendakari asumió frente a la incompleta representación de víctimas presente en la cita la falta del “apoyo suficiente” al que estuvieron condenados los damnificados por el impacto del terrorismo, “en particular el de ETA”, durante las décadas de los años 70 y 80, y frente a ese pasado esbozó un presente en el que el Plan de Paz y Convivencia muestra su “compromiso” con el Centro Memorial, a pesar de las discrepancias que la gestión unilateral de este proyecto por parte del Gobierno de España ha suscitado con la Administración vasca.

El nuevo tiempo exige, en opinión de Urkullu, “altura de miras” a la clase política para “poner en común una nueva política de Estado” cuya consecución, a raíz de lo escuchado ayer, no parece cercana. Rajoy optó por mantener en su discurso el apoyo férreo a las víctimas de ETA y dejar bien claro que el fin de la banda armada es una cuenta pendiente que exige de la “unidad sin fisuras de todos los demócratas”.

Con este objetivo echará a andar tras la conclusión de la obras en el edificio que actualmente alberga el inactivo Banco de España el nuevo Centro Memorial, un proyecto que, según se extrae de las palabras del presidente del Gobierno central, recogerá “la verdadera historia” de lo acontecido a lo largo de los últimos 50 años “sin falsas equidistancias”.

Y es que Rajoy quiere que esta infraestructura esté dotada de “mucha pedagogía” para que las nuevas generaciones conozcan de primera mano la historia del terrorismo, y para ello el PP se asegurará “de que los terroristas no se apropien de un relato que solo pertenece a las víctimas”, según apuntó el inquilino de la Moncloa.

Sus intervenciones frente al atril fueron, prácticamente, el único intercambio de opiniones que ayer tuvieron ocasión de realizar Rajoy y Urkullu, quienes a la finalización de este acto conocieron por boca del ministro del Interior, Jorge Fernández Díez, el accidente del avión alemán que partió en la mañana de ayer desde Barcelona.

No hubo tiempo para más en una jornada que comenzó con la visita del presidente del Ejecutivo estatal a la Subdelegación del Gobierno, donde conoció las características técnicas que exhibirá el nuevo proyecto.

Acompañado de los ministros Alfonso Alonso y Fátima Báñez, además del mencionado titular de Interior; la plana mayor local de los populares alaveses, con el alcalde Javier Maroto y el diputado general Javier de Andrés a la cabeza; y una nutrida representación socialista capitaneada por el exlehendakari, Patxi López, y la actual secretaria general del PSE, Idoia Mendia, Rajoy escuchó por boca de una de las arquitectas que está tomando parte en el proyecto cómo la pretensión es que se logre un centro “versátil” y con espacios diáfanos para albergar diversos tipos de iniciativas. En este mismo contexto, la arquitecta destacó que por encima del propio estilo del edificio, cuya renovación se extenderá durante el presente año, se buscará que la memoria de las víctimas adquiera “todo el protagonismo”.

El Centro Memorial, que será financiado de forma integral por el Gobierno español con más de cuatro millones de euros, dedicará la mayor parte de su atención a las víctimas de ETA, aunque también recordará a las del GAL, Grapo y Terra Lliure. Asimismo, contará con una subsede en Madrid que estará dedicada al terrorismo yihadista. Por el contrario, las damnificados por la violencia policial no estarán representados en este proyecto.