Desplazados y refugiados. Un total de once millones de sirios han tenido que huir de sus hogares a causa de la guerra, de los que 3,9 millones sobreviven como refugiados en los países vecinos. Foto: Afp
Alí tiene 7 años. Desde que huyó con su familia de Siria no ha vuelto a ir al colegio. Apenas tienen comida y ropa. Se hacinan en una tienda hecha con trozos de plástico y para calentarse queman lo que pueden en una lata pequeña. La guerra siria, que mañana entra en su quinto año, ha interrumpido los sueños de este niño sirio, que ahora solo desea volver al colegio con sus compañeros. El conflicto que comenzó el 14 de marzo de 2011 como una insurrección popular contra el régimen de Bashar al Asad se ha convertido en la mayor crisis humanitaria de este siglo.
Más de 200.000 muertos, 11 millones de desplazados y refugiados, 12 millones de personas dependientes de la ayuda humanitaria para sobrevivir, 2,6 millones de niños sin escolarizar -en los países vecinos, la mitad de los menores refugiados tampoco asiste al colegio-, una economía devastada e infraestructuras destruidas, como es el caso de la mitad de los hospitales del país y una cuarta parte de los colegios. Este es el balance de cuatro años de barbarie, en los que el 2014 fue especialmente trágico para los civiles. El ministerio de Salud sirio señaló ayer que el número de personas con trastornos mentales había aumentado un 25% desde 2011 y que un 40% de los sirios necesitan hoy en día asistencia psicológica.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) solicitaron ayer fondos para sacar a los sirios de “esta pesadilla de sufrimiento”. Según Acnur, sin una solución política en el horizonte, la mayoría de los casi cuatro millones de refugiados sirios que malviven en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto no podrán volver a casa en un futuro próximo. Mientras, las oportunidades para remontar sus vidas en el exilio son escasas, ya que muchos viven en la pobreza.
“Tras años en el exilio, los ahorros de los refugiados están más que agotados y cada vez son más lo que recurren a pedir limosna, la prostitución y la explotación infantil”, describió el Alto Comisionado para los Refugiados, Antonio Guterres. “Esta es la peor crisis humanitaria de nuestra era y debería haber un clamor de respuesta global, pero, en lugar de eso, la ayuda cada vez es más escasa. Simplemente no hay suficiente para cumplir con las colosales necesidades”, agregó. Los países vecinos, desbordados por la tragedia, han comenzado a tomar medidas para contener el flujo de refugiados, mientras, cientos de sirios intentan travesías cada vez más peligrosas para alcanzar Europa, una tierra en la que cada vez se enfrentan a una mayor hostilidad. Por si fuera poco, el conflicto sirio ha supuesto a lo largo de estos cuatro años un grave riesgo para la seguridad y la estabilidad de toda la región.
Sin embargo, toda esta dramática realidad ha quedado eclipsada en los últimos tiempos por las atrocidades que están cometiendo los terroristas del Estado Islámico tanto en Siria como en Irak, adonde expandieron su terror el verano pasado. Si bien durante los dos primeros años de la revolución siria, había dos bandos claramente identificados, hoy en día se trata más bien de una guerra de todos contra todos y, en este contexto, Al Asad puede ser el mayor beneficiado, visto ahora por Occidente como un posible socio en la lucha contra el extremismo.
Yihadistas. El conflicto en Siria comenzó como una insurrección popular contra el régimen de Al-Asad en el marco de las primaveras árabes. Pronto surgió una oposición armada moderada, que ahora ha quedado eclipsada por las barbaridades que está cometiendo el Estado Islámico, un grupo yihadista que se ha hecho fuerte en la guerra de Siria y que ha extendido su terror hacia Irak. Foto: Afp
Crisis humanitaria. Más de 12,2 millones de personas en el interior de Siria necesitan ayuda para sobrevivir. Sin embargo, mientras que en 2013 se logró el 73% de los fondos requeridos para ayudar a los civiles dentro de Siria y a los refugiados en países vecinos, en 2014 este porcentaje bajó al 57%. Foto: Afp
Cuatro años de barbarie. En cuatro años, Siria se ha derrumbado, la economía y las infraestructuras han quedado destruidas y el hambre es el protagonista diario para millones de sirios. El Consejo de Seguridad aprobó el año pasado tres resoluciones que piden que se actúe para proteger y asistir a los civiles, sin embargo, el acceso humanitario ha disminuido, más gente ha muerto y hay más desplazados que necesitan ayuda. Foto: Afp
Minorías. La persecución de los terroristas del Estado Islámico contra las minorías ha provocado grandes desplazamientos de personas. En el Kurdistán sirio, los grupos armados han logrado hacerles frente, por el momento, pero la ciudad de Kobane, por ejemplo, se ha quedado vacía de población civil. Foto: Afp
Fallecidos. Los cuatro años de guerra en Siria han dejado más de 210.000 muertos, de los cuales, 76.000 perdieron la vida en 2014, el peor año para los civiles. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, casi 13.000 sirios han muerto bajo tortura en las cárceles del régimen. Foto: Afp
Infancia. Un total de 5,6 millones de niños permanecen en Siria, de los cuales unos dos millones viven en regiones a las que resulta imposible acceder. Unos 2,6 millones no asisten a clase y casi dos millones se encuentran refugiados en los países vecinos. Foto: Afp