madrid - Medio centenar de diputados de PNV, Amaiur, Geroa Bai, CiU, ERC, Izquierda Plural, BNG, NC y Compromís-Equo, así como el socialista Odón Elorza, firmaron ayer una carta dirigida al presidente del Congreso español, Jesús Posada, reclamándole una sala para que pueda celebrarse un encuentro entre víctimas de ETA y de los GAL. En dicha misiva los firmantes solicitan a Posada el uso de la sala Ernest Lluch, precisamente dedicada al político socialista asesinado por ETA, con el objetivo de mantener ese encuentro “en favor de la paz y de la convivencia en Euskal Herria”.
Los diputados proponen como fechas posibles para ese acto los próximos 10, 17 o 24 de abril al mediodía, y recuerdan que el año pasado se organizó un encuentro de semejantes características en la parroquia madrileña de San Carlos Borromeo, a la que asistieron familiares de las víctimas, entre ellas Rosa Lluch, hija del exministro socialista asesinado por la banda armada. Los firmantes destacan igualmente que ese primer cara a cara resultó sumamente positivo para la “superación de desconfianzas, desconocimientos, miedos y recelos”, y por ello creen que, de realizarse, la reunión en el Congreso “contribuiría en mayor medida a la difusión de los valores de reconciliación que se persigue”.
Según se recoge en la carta, a este segundo encuentro asistirían también Rosa Rodero, viuda de Joseba Goikoetxea, ertzaina asesinado por ETA; Axun Lasa, hermana de Joxean Lasa, asesinado por los GAL; Luis Otero, exmiembro de la Unión Militar Democrática, así como una representación de la parroquia de San Carlos Borromeo, organizadora del acto. Fuentes parlamentarias explicaron a la agencia Efe que este tipo de peticiones se estudian en la Mesa de la Cámara, donde se hallan sentados el PP, PSOE y CiU, y que será en su próxima cita cuando se decida si se cede esa sala para poder celebrarse el encuentro entre víctimas de ETA y de los GAL.
reuniones paralizadas Dados los antecedentes, sobre todo en lo que atañe al partido del Ejecutivo español, no hay razones para el optimismo. De hecho, fue el Gobierno de Rajoy el que dejó en el limbo las reuniones entre víctimas y presos de ETA, dentro de la política de inacción del presidente español en cuanto al proceso de pacificación o a la flexibilización de la política penitenciaria, y motivado también por la opinión de algunas asociaciones de víctimas. El PNV cree que Rajoy actúa con un cálculo político cortoplacista y que no ha demostrado la capacidad y altura de miras que un mandatario debe acreditar para poner fin de forma ordenada y definitiva a un fenómeno violento que ha marcado la agenda del PP durante años.
No son pocas las víctimas que han reprendido al propio presidente Rajoy por no impulsar esos contactos, ya que responde a una estrategia que entienden no favorece en nada la pedagogía que ha empezado a hacerse para reconstruir la convivencia, bajo el convencimiento de que aquellos reclusos que han acabado reconociendo el daño causado podrían ayudar a otros que piensan en dar ese paso y en comenzar el recorrido de la autocrítica. Y es que, pese a que haya víctimas que no respalden esta iniciativa, otras entienden que podría servir para la paz y la futura reconciliación.