madrid - El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, renunció ayer a su segundo turno de respuesta al presidente del Gobierno porque no tenía “nada que replicar” a las “descalificaciones” que le dirigió Mariano Rajoy tras su primera intervención. El líder de la oposición cuenta con dos oportunidades para responder en este debate de política general al presidente del Gobierno, después de una primera intervención de más de 30 minutos. Pero Sánchez decidió no utilizar el segundo turno al que tenía derecho y no respondió a una réplica de Rajoy que estuvo plagada de comentarios despectivos sobre su intervención y su nivel político.
Lo primero que Rajoy espetó a Sánchez, nada más subir a la tribuna de oradores para responderle, fue que su había sido de bajo nivel y después se despidió, en su última intervención, con una orden, acompañada de un último descalificativo: “No vuelva usted aquí a hacer ni a decir nada, ha sido patético” después de reprocharle que acudiera al debate con la replica escrita. Tras estas palabras, Sánchez consideró que “no había nada que replicar” a una réplica que “sólo” había tenido “descalificaciones”.
cuerpo a cuerpo El esperado cara a cara entre Rajoy y Sánchez sirvió al presidente para minar a su rival con comentarios alusivos a su liderazgo: “Y eso que yo me lo tomo a usted mucho más en serio que muchos de los suyos. Y mi trabajo me cuesta”. El presidente afirmó que después de escuchar a Sánchez parece que “piensa más en el señor (Pablo) Iglesias que en los problemas de España” e insistió en que su discurso no era propio de un partido que aspira a gobernar.
Sánchez, que entró menos en el ‘cuerpo a cuerpo’ que Rajoy, atribuyó el “tono displicente” de Rajoy a su “incapacidad para verse a sí mismo” y recurrió a las encuestas para aconsejarle que “no mire “por encima del hombro a nadie”.
El representante socialista hizo también hincapié en que no iba a admitir “ninguna lección” de un presidente que no ha asumido su “responsabilidad” por el caso Bárcenas: “Yo soy un político limpio, lecciones de usted, ninguna”, le dijo, tras recordarle en varias ocasiones sus “mensajes cariñosos” con el extesorero del PP.
“Por usted no pone la mano en el fuego ni la señora Aguirre”, recordó Sánchez jaleado por los suyos.
Las próximas elecciones andaluzas no faltaron en el combate dialéctico entre Rajoy y Sánchez, que comparó a la “ganadora” presidenta de la Junta, Susana Díaz, con un candidato del PP, Juan Manuel Moreno, al que no ha nombrado, porque le “pasa lo mismo que a la mayoría de los andaluces”, que no le conoce, comentó.
El líder del PSOE, que situó al Gobierno de Rajoy en la “derecha de siempre”, ofreció a los españoles una “salida a la izquierda”, frente a la “resignación” a la que, afirmó, intenta llevarles el PP. “Los españoles saben que hay una salida a la izquierda, un cambio seguro y esperanzador”, afirmó, tras llamar a los ciudadanos a “no resignarse con la recuperación falsa para unos pocos porque es posible la recuperación justa para todos”.
Sánchez también ofreció una “política limpia que trabaje para la mayoría” y les dijo que su “ambición” es “reescribir el pacto entre generaciones” que el Gobierno ha “roto”. Convencido de que el debate “va a abrir un nuevo tiempo de cambio político”, destacó que Rajoy sólo aspira a la “resignación” de los españoles, a que estos “se resignen a que sus hijos vivan peor que ellos”. “Eso no se lo perdono, porque los españoles no se lo merecen”, le reprochó . “Creo que se ha equivocado en su discurso”, le replicó Rajoy, que echó en falta, subrayó, un planteamiento “más moderado, más equilibrado y más sensato” de un aspirante a La Moncloa. - Efe/E.P.
Sánchez salió contento. Pedro Sánchez se mostró contento con su intervención en el debate, en el que vio Mariano Rajoy “desencajado”. Preguntado acerca de si se esperaba el tono empleado por el presidente del Gobierno, se encogió de hombros. “Es que no le conozco”, fue su respuesta.
Una bandera andaluza en el debate. El diputado del PSOE por Granada Manuel Pezzi contestó a las alusiones de Rajoy a las políticas desarrolladas por la Junta de Andalucía sacando desde su escaño una bandera andaluza y envolviéndose con ella.