Beirut/Madrid - El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha secuestrado a al menos 90 civiles de la minoría asiria en la provincia de Al Hasaka, en el noreste sirio, según informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los prisioneros fueron capturados en los pueblos de Tal Shamiram y Tal Hurmuz, cerca de la población de Tal Tamr, donde se registran combates entre los extremistas y las fuerzas kurdas.

En esta provincia habita la mayor parte de los asirios de Siria, un grupo étnico de mayoría cristiana, que también vive en Irak y Turquía. Antes del inicio del conflicto, en marzo de 2011, había unos 120.000 asirios en Al Hasaka, de los que la mayoría ha escapado a países vecinos de Siria.

El secuestro de los asirios coincide con una ofensiva de las Unidades de Protección del Pueblo -milicias kurdo sirias- para arrebatar al EI zonas ricas en petróleo y gas de Al Hasaka. Las fuerzas kurdas han avanzando frente al EI en Al Hasaka, donde han recuperado el control de una treintena de pueblos, granjas y áreas residenciales. Ahora, los choques se concentran en áreas que abarcan desde el extrarradio sureño de Qameshli hasta la frontera con Irak, así como en las inmediaciones de Tal Tamr. Allí, al menos once yihadistas perdieron la vida en los combates. Otros catorce integrantes del EI fallecieron por los bombardeos de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, al sureste de Tal Hamis, en la misma provincia.

En una conversación telefónica, Naser Hach Mansur, portavoz del departamento de Defensa de la región autónoma kurdo siria de Al Yazira, donde se ubica Al Hasaka, subrayó que las Unidades de Protección del Pueblo se están coordinando con la coalición internacional y con los peshmergas, fuerzas del Kurdistán de Irak, que están al otro lado de la frontera. Los kurdos son los que están oponiendo una mayor resistencia a los radicales, a los que consiguieron expulsar a finales de enero de la urbe de Kobane, en la frontera entre Siria y Turquía, tras más de cuatro meses de asedio. Los tres principales enclaves kurdos del territorio sirio son Al Yazira, en Al Hasaka, y Kobani y Afrín, ambas en la provincia septentrional de Alepo

Ayuda La exministra del Gobierno iraquí Pascale Warda, católica caldea y presidenta de la Organización Hammurabi de Derechos Humanos, advirtió ayer de que el Estado Islámico es un movimiento internacional de terrorismo que necesita soluciones internacionales y, por ello, ha pedido “ayuda internacional” ante el “intento de aniquilar” a los cristianos.

“Necesitamos ayuda internacional para luchar contra el Estado Islámico. Es diabólico. Es un movimiento internacional de terrorismo que necesita soluciones auténticas internacionales”, subrayó desde la sede en Madrid de Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundación de la Santa Sede que sostiene a la Iglesia de Irak desde 1970 y que en 2014 ayudó a los cristianos de este país con más de 1,5 millones de euros.

Warda explicó que esta gente está “atacando los valores de Oriente Medio” e indicó que los ataques aéreos no son suficientes y que para atajar su avance “se necesitan soldados”. “Solos ya no podemos”, exclamó, para alertar de que, aunque ahora están localizados en Irak y Oriente Medio, “mañana mismo” se pueden expandir a otros países. Además, reclamó para Irak un Estado que “ayude a defender sus ciudades” porque, a su juicio, “ha faltado completamente a su deber”. Así, puso el ejemplo de Mosul donde, según señaló, el Ejército iraquí “ha dado la espalda a los cristianos ejecutados o exiliados”. Asimismo, reclamó a los gobiernos islámicos “una condena seria” del Estado Islámico, incluso una ‘fetua’ -pronunciamiento legal- para aclarar “que esta gente no representa al Islam” ya que, a su parecer, hasta ahora “no les han condenado como es debido”. - Efe/E.P.