gasteiz - Este domingo se cumplirán 15 años del asesinato a manos de ETA del político socialista Fernando Buesa y su escolta Jorge Díez. Un aniversario que un año más reunió ayer, convocados por la Fundación Buesa, a la clase política vasca y representantes de la sociedad en general en un acto in memoriam que tuvo en esta ocasión la convivencia como leit motiv. Y lo hizo arrancando con un discurso muy personal y emotivo de la hija del político alavés y vicepresidenta de la Fundación, Sara Buesa, en el que invitó a “romper barreras”: “Cuestionemos nuestros juicios poniéndolos a prueba, al fin y al cabo los clichés se desvanecen cuando nos acercamos a las realidades, los muros de opinión se derriban rompiendo tabúes, hablando y compartiendo con libertad”. Pero también reivindicando la memoria como un valor ineludible, sobre la base del reconocimiento del daño causado, para construir el futuro. “Cuando las víctimas de ETA alertamos contra la equiparación reclamamos que no se eluda hacer ese análisis, que no se relacionen unas cosas con otras en el marco de un conflicto en el que todo se mezcla, se emborrona y se diluyen las responsabilidades”, explicó Sara Buesa; análisis que completó Pello Salaburu, exrector de la UPV-EHU, quien advirtió de que la sociedad vasca ha pasado “de la socialización del dolor a la socialización del olvido”. “La ciudadanía se ha acomodado ante la ausencia de violencia explícita, parece dispuesta a olvidar con facilidad”, había denunciado previamente Sara Buesa.

En este sentido, la vicepresidenta de la Fundación se dirigió explícitamente a la clase política para subrayar su “responsabilidad de liderar” la construcción la construcción de una “adecuada jerarquía de valores compartidos” de la que hoy carece la sociedad, advirtió. “El respeto a los derechos humanos tiene que ser una línea clara y firme”.

Así, la hija de Buesa no dudó en criticar la tibieza en algunos discursos políticos respecto a ETA. “Personalmente no quiero que nadie se flagele ni se arrodille ante mí, la culpa no me interesa -sostuvo-, me interesa la responsabilidad, que lleva a la acción, a desandar caminos”. “Tampoco necesito que los asesinos de mi padre me pidan perdón, sí exijo que se reconozca públicamente el daño injusto que se ha causado”, añadió para concluir: “Necesitamos que haya un discurso público unánime, una sola voz, que deslegitime por completo el terrorismo”.

Salaburu fue más explícito aún en sus críticas a la clase política. Ante un auditorio en el que, además de numerosos representantes políticos alaveses y del PSE estaban presentes el lehendakari, la presidenta del Parlamento Vasco, el diputado general alavés, el alcalde de Gasteiz o el ministro de Sanidad, el catedrático criticó el Plan de Paz del Gobierno Vasco -“¿cómo se puede hablar de un plan de paz en el que no aparecen palabras como asesinato, secuestro o extorsión?”- y reprochó a la izquierda abertzale ser “incapaz de pedir perdón” porque, dijo, tienen el “síndrome de Peter Pan” y se niegan a evolucionar.