gasteiz - El PSE alavés encontró ayer su mirlo blanco en un concejal que suma más de tres lustros de experiencia en el Ayuntamiento de Gasteiz y con el que la dirección territorial pretende zanjar la crisis originada por la renuncia de la que hasta el lunes era su candidata, Maite Berrocal. A partir de ahora, Peio López de Munain cambiará los planes de jubilación que manejaba como primera opción por asumir las riendas de la plancha electoral, una lista que incluirá como número dos a la también edil Isabel Martínez y que llevará en el tercer puesto al candidato que contaba con mayores simpatías al frente de la Ejecutiva vasca, Carlos Zapatero.

La incorporación del expresidente de Caja Vital a la propuesta que González trasladó a Berrocal fue el detonante para que la otrora aspirante claudicara en su intento de encabezar el listado socialista, al considerar esta decisión una “imposición” de la Ejecutiva alavesa. Según ha podido saber este periódico, la edil fue especialmente dura con Zapatero en el escrito que derivó a la dirección del partido en la CAV, lo que, al parecer, ha terminado de inclinar la balanza de la Ejecutiva socialista a favor López de Munain.

El PSE no ha querido situar como primer espada de su tentativa municipal a un nombre cuyo grado de conocimiento en Vitoria obedece, fundamentalmente, a su experiencia al frente de una entidad financiera en una época en la que la popularidad de los bancos se hundió hasta mínimos históricos.

Aún así, en el otro lado de la balanza figura el “peso político” que la incorporación de Zapatero otorga a la plancha, tal y como destacó González, un aliciente electoral que la secretaria general quiso aderezar con la suma de Isabel Martínez como referencia de la continuidad en el trabajo ejercido por este partido en el Consistorio gasteiztarra. Y es que, según los cálculos iniciales que encerraban la oferta que González trasladó a Berrocal, la aspirante a alcaldesa y Martínez iban a ser las únicas en repetir ocupación como ediles antes de que la falta de acuerdo hiciera saltar por los aires los diferentes planes de la candidata y la secretaria general.

Así se desprende tras un simple repaso al futuro que podía aguardar a los representantes actuales: la falta de apoyos dejaba fuera de la lista municipal del PSE a los críticos Juan Carlos Alonso y Marian Gutiérrez, el ex alcalde Patxi Lazcoz ya había anunciado su abandono de la política, y el edil restante de los seis con los que cuenta el PSE en Gasteiz, Peio López de Munain, había explicitado a su entorno el deseo de jubilarse en mayo.

Ahora el giro imprimido por la secretaria general a la oferta socialista desactiva la campaña publicitaria emprendida por Berrocal y pone el marcador a cero para que, a menos de cien días de la cita con las urnas, los socialistas sean capaces de asumir el reto de cerrar filas y presentar a su candidato como la mejor opción para el electorado vitoriano.

el último en hablar López de Munain fue ayer el último en hablar durante la reunión de la Ejecutiva. Tan solo unas horas antes del decisivo encuentro recibió, según ha podido saber este periódico, una llamada de la secretaria general en la que le comunicaba la apuesta de la dirección. Con apenas tiempo para digerirlo, el concejal acudió a la sede de la plaza del Arca dispuesto a escuchar lo que sus compañeros de Ejecutiva debían trasladarle. Fue el último en hablar. Lo hizo para aceptar la designación y comprometerse a hacerlo “lo mejor posible”.

Compañeros de Munain en el PSE destacan que el nuevo candidato es un “referente a nivel social” por el trabajo que ha desarrollado en este ámbito durante gran parte de su vida. No en vano, fue el impulsor en 1985 la Comisión Antisida de Álava, organización que lideró hasta asumir, casi tres lustros después, el reto de la actividad municipal. En este trayecto, su entorno destaca la “honestidad y la capacidad de trabajo” de un “verdadero activista social”.

Desde bancadas consistoriales ajenas a la suya, le describen como un político “con talante” que “no abandona el carril marcado por las directrices de su partido”. Bajo esta argumentación, no dudan de su capacidad para el trabajo institucional, aunque consideran que “no está preparado para la primera línea de combate”.