madrid - La divergencia entre Susana Díaz y Pedro Sánchez quedó de nuevo reflejada ayer al desterrar la presidenta andaluza la posibilidad de alcanzar un consenso con el PP en materia de educación, tal y como propuso el secretario general del PSOE después de firmar con Mariano Rajoy el pacto contra el terrorismo yihadista. Sánchez, ansioso por tejer acuerdos con el Gobierno español en aras de enarbolar su figura de hombre de Estado y de rescatar el bipartidismo engullido por Podemos, no ceja en su empeño de presentarse como adalid de grandes ententes pese a su labor de oposición, algo que ha provocado disensiones en el seno del socialismo español e incluso carencias comunicativas, ya que mientras el líder del PSOE anunciaba esta intención, su portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, negaba poder extender el pacto que incluía la prisión preventiva revisable a otras áreas. Posición esta última en la que se alinea Susana Díaz, para quien resulta “muy complicado entenderse” con el PP en educación porque “no entienden que es la garantía de la igualdad de oportunidades”.
Por mucho que Sánchez ofrezca primero el pacto al sector de la enseñanza para, una vez forjado, presentárselo al presidente español, “hasta que Rajoy no retire la Lomce y ahora el llamado 3+2 en el ámbito universitario”, la presidenta de la Junta andaluza no atisba un acercamiento. Y más todavía porque el PP “no comprende que la educación pública tiene que ser una educación para todos”, dijo Díaz, lamentando que “todas las decisiones que han tomado este año han ido en el sentido contrario”. A su juicio, las medidas del Gobierno del PP en materia educativa se han encaminado a “expulsar y atropellar los derechos de los hijos de los trabajadores que tienen más dificultad para acceder a una educación pública de calidad”.
Los propósitos de Sánchez chocan además con la decisión del PSOE de pedir la dimisión del ministro de Educación, José Ignacio Wert, por la “regresión” a la que ha sometido al derecho a la educación, logrando “un consenso unánime” en cuanto a su “pésima gestión” en todos los niveles educativos.
Estos vaivenes en las posiciones socialistas que abandera Sánchez y, principalmente, los pésimos augurios del CIS en intención de voto, han conducido ya al partido a tratar de ponerse la venda antes de la herida en previsión de unos malos resultados en mayo. La presidenta del PSOE, Micaela Navarro, negó que su secretario general “se la juegue” con el resultado de las urnas, puntualizando que él no se presenta a las municipales. Recordó que será la primera vez que los candidatos son elegidos por los propios militantes. “No quiero decir que estén exentos de responsabilidad los demás, pero eso de la intervención del aparato ya no se podrá decir”, zanjó. - I.Santamaría