La excandidata de IU a la Comunidad de Madrid, Tania Sánchez, y sus partidarios han decidido abandonar el partido tras un tenso pulso sostenido con la vieja guardia de la coalición después de que el viernes pasado no se expulsara a los portavoces en la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid, Gregorio Gordo y Ángel Pérez. Sánchez pretende crear una candidatura “unitaria” y aunque descartó integrarse en Podemos, dejó una puerta abierta.

Así se expresó ayer tarde en una comparecencia de prensa que había generado gran expectación mediática tras conocerse que deja IUCM para trabajar en favor de una candidatura de unidad popular, marcha que se produce cuando ya había sido designada candidata de esta formación a la Comunidad de Madrid.

Respaldada por una veintena de simpatizantes, Tania Sánchez quiso dejar claro que no va a entrar ni integrarse en Podemos. Dijo que no había tenido oportunidad de escuchar las declaraciones del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias -que tendía la mano a todo aquel que contribuyera a que el cambio fuera posible- y que no pretende cambiar “un carné por otro”.

Ante la insistencia de los periodistas, negó en varias ocasiones que vaya a integrarse en Podemos. “No, punto”, comentó, si bien cuando le preguntaron si cierra la puerta definitiva a ir de la mano de esa formación respondió con una metáfora -“el primer día que se inicia un camino es muy difícil decir cuánto se van a gastar las suelas de los zapatos”- cuyo significado se negó a concretar.

Sánchez explicó que su marcha en IU es una decisión “política”, “meditada” y “colectiva” ante la necesidad de dar un paso “adelante” una vez que entiende que los cambios que quería imprimir no son posible dentro de la federación madrileña por la postura de su cúpula. “Declararon la guerra al proyecto que había ganado las primarias”, para añadir que prefería irse antes de que fuera expulsada.

Su victoria en las primarias generó una “ola de ilusión” para cambiar IU y aprovechar la oportunidad para lograr la alternativa mediante la convergencia y que la exigencia de asumir responsabilidades en los implicados con el “escándalo” de la gestión en Caja Madrid generó enfrentamientos. “La paz tenía un precio, el reparto de sillones y la complicidad pasiva con quien no ha asumido su responsabilidad por el escándalo más negro como es Caja Madrid”, comentó Sánchez contra la cúpula del partido.

guerra cainita El abandono de Izquierda Unida de la que era su candidata no va a calmar las revueltas aguas de la coalición en Madrid, que además de verse abocada a buscar un candidato in extremis ve cómo se enquista y tensa si cabe todavía más la guerra cainita entre dos formas de entender el proyecto: una abierta a la convergencia, que lideraba Sánchez, y dispuesta a renunciar a las siglas de IU para sumarse a la candidatura de Ganemos-Podemos.

Y otra corriente, mayoritaria, que defiende a capa y espada las siglas, encabezada por los portavoces en la Asamblea y en el Ayuntamiento de la capital, Gregorio Gordo y Ángel Pérez, expulsados del PCE y desautorizados por IU por su responsabilidad política en Caja Madrid y las tarjetas black.

Según este sector, una coalición permitiría mantener en las papeletas las siglas IU, la “marca” de una formación histórica, y evitar su “desaparición” al integrarse en otra fuerza.

Precisamente esa es la tesis que los dirigentes madrileños han reprochado a Sánchez y al candidato al Ayuntamiento, Mauricio Valiente en los últimos meses, en los que de forma más o menos soterrada la vieja guardia ha cargado contra los vencedores en las primarias por considerar que coquetean con la desaparición de IU.

El portazo de una de las caras más visibles de Izquierda Unida ha enquistado la pugna entre la dirección madrileña y la federal. Primero, porque Sánchez era afín al candidato a la Presidencia, Alberto Garzón, que consideró que la “mala noticia” es “consecuencia de la mala gestión de la dirección de Madrid”.

Y segundo, porque ahora Valiente tratará de buscar el apoyo de la dirección a su tesis principal: que la convergencia de la izquierda en Madrid debe producirse aunque no sea en una coalición. - E. Amado/E.P.