madrid - El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, está a la espera de que la presidenta andaluza, Susana Díaz, despeje la incógnita sobre el posible adelanto electoral de las autonómicas en Andalucía, que mantiene en vilo a los socialistas desde hace días. Fuentes cercanas a Sánchez insisten en “no dar nada por hecho” y recalcan que Díaz “no ha anunciado todavía ninguna decisión”.
Niegan que la presidenta andaluza haya comunicado a éste que su plan sea celebrar los comicios el 22 de marzo, si bien el líder del PSOE calla: “No voy a contribuir a ningún ruido”, dijo Sánchez en los pasillos del Congreso, al tiempo que huía de los medios escaleras arriba. Poco después, el PSOE cancelaba un acto que éste iba a celebrar en Ciempozuelos con la explicación de que debe asistir a una reunión interna preparatoria del programa municipal. Sánchez calla y Díaz, también, lo que aumenta la expectación en las filas socialistas, donde algunos creen ver que la andaluza habría cambiado de parecer entre la tarde del lunes y ayer por la mañana. Ahora bien, lejos de apaciguar las diferencias entre el PSOE e IU, socios del Gobierno andaluz, portavoces y dirigentes de ambos partidos evidenciaban ayer que la única salida a la crisis en este momento apunta a un eventual adelanto electoral que la presidenta podría concretar entre el lunes y martes.
“Lo de IU es la coartada, la razón fundamental del adelanto electoral es la que piensa todo el mundo”, apuesta un veterano socialista andaluz consultado por Efe, para quien celebrar los comicios un año antes de lo previsto supone no dar tiempo suficiente a que Podemos complete su implantación en esa Comunidad.
Según este diputado, el triunfo en las urnas de Díaz avalaría su salto a la política nacional, aunque el pacto con IU ya no le bastaría para gobernar y no le quedaría más remedio que abrir el camino de los acuerdos postelectorales con el partido de Pablo Iglesias. Otra fuente señala que, al margen de la pugna personal entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, una victoria electoral en marzo en Andalucía sería algo “bueno” para el PSOE.
Todo esto sucedía mientras miembros de la Ejecutiva del PSOE trataban de restar trascendencia para la situación interna de su partido a la reunión que mantuvieron en Navidad el expresidente Zapatero y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, sin conocimiento de Pedro Sánchez, según publicó el Huffington Post y confirmó Zapatero en la Ser. “Es una cena o una comida personal a la que no doy mayor importancia”, afirmó el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, que negó que dicho encuentro al espaldas de Sánchez refleje “ninguna” división interna en su partido. El secretario ejecutivo de la Unión Europea, Juan Moscoso, se mostró más crítico: “Ese tipo de reuniones hay que contarlas antes o después”, subrayó, tras señalar que será Zapatero “el que tendrá que explicar” lo que hizo.