BARCELONA - La reedición del pacto entre ERC y CiU en favor de las elecciones del 27 de septiembre dio ayer sus primeros frutos al allanar los republicanos el camino para la aprobación de las Cuentas de 2015 al retirar las enmiendas a la totalidad para los departamentos de Presidència y de Economía, con la previsión de que harán lo propio con el resto de secciones presupuestarias con el fin de facilitar su tramitación. Además, votarán en contra de todas aquellas enmiendas presentadas por el resto de partidos aunque mantienen las parciales para “aumentar la dotación económica en estructuras de Estado” y lograr unos presupuestos “más justos, limpios, menos autonómicos y más de transición nacional”.
El diputado de ERC Pere Aragonès lamentó que se estén debatiendo números “que no permiten cubrir las necesidades de los ciudadanos”, aunque señaló como principal responsable al Gobierno de Madrid, porque el techo de gasto “no lo marca Mas ni el Parlament”, sino “el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro”. “Celebro y agradezco el compromiso de ERC”, subrayó el portavoz del Govern, Frances Homs.
En este contexto, el PP catalán, por boca de su máxima dirigente, Alicia Sánchez-Camacho, se dirigió al PSC para conformar un “gran pacto” que haga frente al independentismo, poniendo como ejemplo el que en 2009 firmaron el PSE de Patxi López y el PP de Antonio Basagoiti para desalojar al PNV del Gobierno Vasco. Una petición que extendió a Ciutadans y Unió reclamando “ generosidad y responsabilidad a todos los partidos constitucionalistas para hacer frente al soberanismo y hacer posible un gran gobierno alternativo”. El líder del PSC, Miquel Iceta, negó que la secesión sea posible aunque CiU y ERC alcancen la mayoría absoluta el 27-S, cita que calificó de “engaño” porque “unas elecciones no pueden sustituir un referéndum”.