Solo llegaremos a un primer nivel básico compartido si estamos de acuerdo en lo que es violentar los derechos humanos y en el concepto de víctima. Hay que distinguir entre víctima en sentido genérico como el que sufre, y víctima en sentido moral como el que sufre injustamente. Es una distinción clave, y si no la hacemos, la verdad física, la verdad empírica, podrá hacerse, pero no la verdad moral, las responsabilidades por las injusticias en los sufrimientos”, asegura. “Habría que plantearse la aceptación de una pluralidad de interpretaciones, pero la idea es que nunca pasara un nivel ético básico, y es que nunca hubiera una interpretación que fuera objetivamente revictimar a las víctimas”.