madrid/barcelona - El Ejército español entró ayer por la vía de los hechos en el debate sobre la situación política de Catalunya y la relación de esta con España, anunciando el propósito de su máximo responsable en tierras catalanas de levantar un museo militar en la ciudad de Barcelona para evitar “dejar al margen a la ciudadanía de Cataluña de poder contemplar tan singular patrimonio”, y que esta conozca la contribución del territorio catalán a la historia militar española.

Fue la única referencia explícita en los discursos de los máximos responsables del Ejército durante las ceremonias de la Pascua Militar, tanto en Madrid, donde el rey Felipe y el ministro de Defensa, Pedro Morenés, evitaron aludir directamente a la situación catalana, como en Barcelona. Allí también, el máximo representante institucional de las Fuerzas Armadas en Catalunya, Aragón, Nafarroa y La Rioja, el teniente general inspector general Ricardo Álvarez-Espejo, pasó de largo sobre el proceso soberanista que está viviendo Catalunya.

Sin embargo, este mando militar anunció que se plantea como “objetivo ambicioso e irrenunciable”, al que dedicará todo su esfuerzo, el “establecimiento progresivo” de un museo militar en Barcelona. “La contribución de Cataluña a la historia militar española y su huella es tan importante que no debemos soslayar ni dejar al margen a la ciudadanía de Cataluña de poder contemplar tan singular patrimonio”, indicó.

Álvarez-Espejo precisó que el lugar elegido para ubicar el museo militar será el edificio del Gobierno Militar de Barcelona, situado frente a la plaza de Colón. Si fructifica el propósito anunciado por el teniente general, Barcelona volvería a tener un museo militar después de la clausura en 2009 del que estuvo instalado durante 46 años en el castillo de Montjuïc.

herencia franquista El Museo Militar de Montjuïc fue inaugurado en junio de 1963 por el dictador Francisco Franco y se cerró definitivamente en mayo de 2009, cuando era uno de los últimos legados franquistas en la capital catalana.

En su intervención, el inspector general del Ejército insistió en que su aspiración es que “todos los españoles se sientan orgullosos de sus Fuerzas Armadas”, por lo que garantizó su “leal cooperación” con las diferentes instituciones y su voluntad de acercar el Ejército a la ciudadanía, con conferencias, colaboraciones y jornadas de puertas abiertas.

Mientras, en Madrid, el rey Felipe, en su primer discurso como monarca ante las Fuerzas Armadas españolas con motivo de la Pascua Militar, no dio pie a la sorpresa al entonar un mensaje muy centrado en el sentimiento militar y en el que evitó meterse en cuestiones políticas, y, menos aún, en el asunto catalán. Eso sí, si en su primer mensaje como monarca tras la abdicación de su padre se refirió a España como una “nación unida y diversa” donde caben “todos”, que se interpretó como un mínimo mensaje a los nacionalistas, y en especial a los soberanistas catalanes, ayer se limitó a hablar del Estado español como “una gran nación”.

De hecho terminó su discurso con la siguiente arenga a los militares: “Os animo a seguir trabajando con la misma abnegación, disciplina y lealtad, por nuestra gran nación, comprometidos con el presente y optimistas sobre nuestro futuro”.

Durante su discurso, Felipe VI recordó la labor desarrollada al frente de la Corona por su padre -ausente del acto militar y que hace un año vivió esta cita como un momento delicado, por los evidentes problemas que tuvo para pronunciar su discurso- y le dedicó “el homenaje de gratitud y respeto” que, a su juicio, “merece de todos”. - DNA