DONOSTIA - Arantza Quiroga mantiene el pulso con la ejecutiva del PP de Gipuzkoa, a la que ayer dijo en público que, por si le cabía alguna duda, será el Comité Ejecutivo Nacional -y en última instancia Mariano Rajoy- y no el Comité Provincial del partido el que elegirá a “los cabezas de lista” de las más importantes instituciones del territorio. Y por si no estaba claro deslizó que nadie hay imprescindible: “Cada uno puede tener la visión de que es imprescindible allá donde está, pero esto es un error y lo hemos visto a lo largo de la historia del PP vasco y del resto de partidos”, sentenció.

La presidenta del PP de la CAV inició ayer el año político redoblando su apuesta por renovar los cabezas de cartel en Bizkaia y Gipuzkoa para las próximas elecciones municipales y forales del mes de mayo. Es en este último territorio donde su proyectado cambio se ha topado con la negativa de la ejecutiva territorial y de su presidente, Borja Sémper, a sustituir a Ramón Gómez y a Juan Carlos Cano como candidatos a la alcaldía de Donostia y a presidir la Diputación Foral, respectivamente.

En Bizkaia, la renovación se da ya por hecho, y cuenta con el visto bueno de la dirección presidida por Antón Damborena. Por lo pronto, la que en 2011 fuera candidata a la alcaldía de Bilbao, Cristina Ruiz, fue desplazada el pasado otoño al Parlamento Vasco mientras que la entonces aspirante y hasta hace unos días portavoz juntera, Esther Martínez, enfrentada desde hace tiempo a su ejecutiva provincial, fue cesada fulminantemente por esta en plena Navidad.

En su comparencia de ayer, Quiroga trató de restar importancia a los problemas surgidos en ambos territorios para la conformación de las candidaturas del PP vasco, cuando los otros partidos de la CAV -salvo Podemos- ya han elegido a sus cabezas de lista. Para la dirigente popular se trata de “problemas lógicos” porque “todos” tienden a pensar que son “imprescindibles” allá donde están. “Lo importante -contrapuso- son los equipos, el proyecto y que seamos capaces de impulsar ese proyecto”.

De forma más sutil que en una entrevista publicada el pasado domingo por El Diario Vasco, en la que llegó a plantear que “o el PP vasco renueva su proyecto” o irá a “una lenta agonía”, también ayer aludió al continuado declive electoral de esta formación desde 2001, uno de los aspectos que más la preocupan y ocupan desde que accedió a la presidencia de la formación en 2013. El “reto”, insistió ayer, es “cambiar la tendencia” de pérdida de votos que ha sufrido su formación, “una realidad” que “solo se logrará revertir con trabajo, con pico y pala”.

Y para dejar atrás las vacas flacas apostó por la “renovación de actitud” en el conjunto de su partido teniendo en cuenta que, tras el fin del terrorismo, el PP vasco está “en una nueva etapa” en la que los ciudadanos les miran “de otra manera” y hay que “atender a esa nueva realidad”. Quiroga quiso alejar el fantasma del dedazo, al asegurar que esa “visión” suya del PP vasco y de su situación “es compartida, independientemente de que pueda haber divergencias con determinadas personas”. “El diagnóstico creo que es el real, es lo que hay”, diagnosticó.

Rabia e indignación A preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa celebrada en la sede del PP en Donostia, la dirigente popular volvió a utilizar un lenguaje contundente contra los casos de corrupción y, en concreto, con los que anidan en su partido, aunque también de nuevo no reclamó ningún tipo de responsabilidad a los máximos dirigente populares.

Al respecto, confesó que le da “bastante rabia” y “cierta indignación” que en el PP no hayan sido “capaces como partido, habiendo detectado el desapego ciudadano, de haber tomado las medidas suficientes y haber sido valientes para dar esos pasos sin que haya tenido que venir un Podemos salvador de todos”.

A su juicio, han estado “lentos” y no han sabido “tomar las decisiones adecuadas, rápidas para evitar que se hayan surgido esos populismos, que no son ni los que generan estabilidad, ni los que generan futuro, ni los que ni siquiera garantizan las libertades que tanto nos ha costado a todos lograr”. “Qué pena que no hemos sido capaces de hacerlo y ahora parece que estamos haciéndolo a rebufo porque parece que nos obligan las circunstancias”, concluyó.