Bilbao - Sortu sigue preparando el documento con el que aspira a seducir al socialismo, que vuelva a la Ponencia de Paz donde ya están PNV y EH Bildu, y que ese foro parlamentario pueda reanudar sus trabajos sobre la convivencia. La ponencia lleva paralizada desde septiembre del pasado año, cuando el PSE la abandonó al entender que la izquierda abertzale se niega a asumir el suelo ético y la injusticia de la violencia de ETA. EH Bildu matizó que sí lo asumía, pero como documento de trabajo que aspiraba a cambiar y ampliar para incorporar más vulneraciones de derechos humanos. El PSE no aceptó las explicaciones porque cree que la izquierda abertzale intenta diluir sus propias responsabilidades y la violencia de ETA. En ese contexto, Sortu anunció en otoño que haría un esfuerzo y ofrecería un nuevo suelo ético para reactivar la ponencia y que incluiría un lenguaje poco habitual entre sus filas. En las últimas jornadas había comenzado a cundir la sensación de que el texto se presentaría de manera inminente, el próximo mes pero sin demorarse demasiado en el calendario, si bien el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, avanzó ayer que habrá cierto retraso.

En una rueda de prensa en Donostia, Arraiz reconoció que las conversaciones con el PNV sobre el suelo ético siguen abiertas, aunque ahora estén paralizadas por “calendario y agenda, no por otra razón”. En concreto, lo que está pendiente de fecha no es tanto el acuerdo sobre esos principios éticos, sino un nuevo encuentro entre los jeltzales y Sortu. Según ha podido saber este diario, esa cita no podrá celebrarse en la primera quincena de enero por problemas de agenda. En cualquier caso, ese encuentro se enmarca en la habitual y normalizada relación entre ambos partidos desde que lograron recomponer puentes en verano, de modo que no tendría como finalidad en sentido estricto pactar el suelo ético. Ese matiz no obsta para que, evidentemente, sea uno de los puntos en el orden del día, como ya lo ha sido en las reuniones que han tenido desde que retomaran relaciones.

Aún no han trascendido los cambios que ha introducido Sortu en el documento. La izquierda abertzale está cocinando la propuesta al más alto nivel, sobre todo en el marco de las relaciones con el PNV. No obstante, las conversaciones llevan varias semanas paradas por una mezcla de problemas de agenda y de ajetreo por la negociación de los Presupuestos. Aunque Sortu esté trabajando su texto con el PNV, en puridad no tendría mucho que pactar con los jeltzales porque no debe convencerlos a ellos, sino al PSE para que vuelva a la Ponencia. En todo caso, el partido de Andoni Ortuzar se ofrece para dar su opinión a la izquierda abertzale y ver si ese documento servirá o no para seducir a los socialistas. Los contactos deberán esperar como mínimo a la segunda quincena de enero, de modo que el suelo ético no podrá presentarse antes de la tradicional manifestación anual por los presos. Arraiz esperó ayer que, en cuanto sea posible “reactivar” los contactos, tengan resultados positivos.

Balance Arraiz ahondó en la paz y la convivencia para opinar que este año “no ha habido grandes avances”, y criticó que el Gobierno Vasco haya presentado “planes y más planes sin ninguna viabilidad contrastada, que obedecen a criterios de propaganda y en ocasiones también de contraprogramación a otro tipo de iniciativas de otro tipo de agentes”, aseguró, en una alusión velada al plan de desarme de Lakua, que no ha gustado a la izquierda abertzale porque entiende que pone el peso en ETA cuando es el Gobierno español quien no quiere gestionar la entrega de armas. “Esta hiperactividad obedece sobre todo a la necesidad de disimular la falta de iniciativa política real en este campo y, sobre todo, a la falta de interés por llegar a acuerdos que puedan acercar otros escenarios”, acusó.

Arraiz también abordó la crisis económica y sostuvo que los principales problemas de la ciudadanía siguen sin solucionarse. Lamentó, por ejemplo, que no hayan descendido las tasas de paro y que se haya precarizado “de forma salvaje” el mercado laboral”.