BARCELONA - La incógnita sobre el adelanto de las elecciones en Catalunya, que tendrían un carácter plebiscitario de cara a comenzar a crear las estructuras de estado catalanas, se mantiene. El president de la Generalitat, Artur Mas, utilizó ayer su tradicional mensaje de fin de año para redoblar la presión sobre el presidente de ERC, Oriol Junqueras, con el que lleva un mes negociando la conformación de una lista única soberanista, precisamente el principal escollo que ve el líder republicano de cara a la celebración de unos comicios cuya convocatoria, por otro lado, exige de forma insistente.

De este modo, y sin desviarse ni un milímetro de la hoja de ruta que marcó en la conferencia que pronunció el pasado 25 de noviembre, Mas apeló a la “unidad” de los soberanistas, que en su opinión es lo que “más teme” un Estado que “nos quiere divididos, cada uno por su cuenta. Sabe que así somos más débiles y más vulnerables. Deberíamos ser bien conscientes, tomar buena nota y actuar en consecuencia”. En este sentido, recordó que la unidad en torno al proceso participativo del 9 de noviembre “nos dio fuerza como país”, gracias, enumeró, a la implicación de la sociedad civil, los voluntarios, los partidos y el Govern, y pese a la “prohibición y toda la maquinaria institucional del Estado en contra” de la consulta.

“La unidad suma, nos hace más fuertes y nos permite avanzar de manera más solida. La unidad permite hacer entender mejor lo que queremos como país y como sociedad, y nos da moral de victoria”, argumentó en defensa de esta confluencia soberanista de cara a una cita con las urnas. Tras confirmarse que el mensaje institucional de fin de año no ha sido el marco para el anuncio del adelanto electoral, todas las miradas se dirigen ahora hacia la rueda de prensa que Artur Mas protagonizará el 13 de enero, una vez finalizadas las vacaciones navideñas y tras la celebración del primer Consejo de Gobierno de 2015.

Pese a no resolver la principal ecuación del proceso soberanista, el líder de CiU no rehuyó su responsabilidad a la hora de adelantar los comicios, obviando así el riesgo a una pérdida de apoyo por parte de los votantes que podría sufrir. Todo lo contrario, lo asumió con todas las consecuencias, adelantando que “en las próximas semanas se deberán tomar nuevas decisiones complicadas y no exentas de riesgo”. Tras recordar que el 9-N estuvo “lleno de obstáculos”, afirmó que “si entonces no dudé en asumir personalmente las decisiones que consideraba más adecuadas, también lo haré en los próximos pasos que nos corresponde dar como país”.

“Es mi responsabilidad como president, no huir de las decisiones, por difíciles que puedan ser. Mientras tenga la confianza que me habéis otorgado con vuestros votos, así lo haré. Y serán solo vuestros votos, cuando llegue el momento, los que configuren los escenarios de futuro que han de seguir guiando las riendas de nuestro país”, aseveró. Sin embargo, Mas sigue fiando la convocatoria de elecciones a la creación de una lista única que integre a CiU y ERC. Su intervención de ayer tuvo, por tanto, como principal destinatario al presidente de esta última formación, Oriol Junqueras, con el que sigue manteniendo reuniones. La última, el pasado sábado con la presencia de dirigentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Associació de Municips per a la Independència.

La mayor parte de la intervención de Artur Mas, de poco más de siete minutos, estuvo dedicada a la cuestión soberanista. Así, reprochó al Gobierno español que un “ejercicio de democracia” como el del proceso participativo del 9-N, que debería ser “la normalidad y no la excepción”, haya terminado en querellas contra su persona y contra dos miembros más del Govern, en lugar de servir para invitar al dialogo y a la negociación.

Antes de las cuentas El otro protagonista de este tira y afloja, Oriol Junqueras, insistió horas antes de la emisión del discurso de Nochevieja en la convocatoria de elecciones a la mayor brevedad posible, abogando además por posponer la negociación de los Presupuestos de la Generalitat de 2015 para mayo o junio, ya con una mayoría soberanista en el Parlament. “Se tienen que convocar las elecciones antes de llegar al trámite presupuestario -previsto para mediados de enero-, ya que si no se solaparían con las municipales y las generales y esto no es bueno para nadie”, dijo. Agregó que “si hacemos los Presupuestos antes que las elecciones, los haremos con las condiciones que impone Montoro”.