BARCELONA - Cuando todavía no se ha despejado la incógnita sobre el posible adelanto de las elecciones en Catalunya, así como de la fórmula que emplearán los partidos nacionalistas para concurrir a las mismas, la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell, defiende que, tras la cita con las urnas, el president de la Generalitat, Artur Mas, siga al frente del proceso soberanista. “A nivel internacional, Mas es un activo. Poner a otra persona ahora sería complicado”, argumentó Forcadell en una entrevista al diario Ara.
Durante la conferencia que pronunció el pasado 25 de noviembre para desvelar su hoja de ruta de cara a “completar el proceso político iniciado hace dos años”, Artur Mas abogó por crear una lista única soberanista que se presentaría a unas elecciones de carácter plebiscitario para comenzar a crear las estructuras de estado catalanas. Una plancha que él podría encabezar o cerrar, señaló, agregando que, si esa candidatura gana por mayoría absoluta, él no volvería a presentarse a unas elecciones. Frente a este escenario, la presidenta de la ANC se apresuró a pedir ayer que el president catalán siga encabezando este proceso tras unos comicios que aún no tienen fecha de celebración.
El propio Artur Mas y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, siguen reuniéndose de cara a consensuar el adelanto electoral, con la creación de la lista única de formaciones independentistas como principal escollo para el acuerdo. El último de estos encuentros tuvo lugar el pasado sábado en la Casa dels Canonges, la residencia oficial del president de la Generalitat, y en la misma estuvieron presentes, además de los dos líderes políticos citados, la propia Carme Forcadell; la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, y el presidente de la Associació de Municipis per a la Independència (AMI), Josep Maria Vila d’Abadal.
El conseller de Presidencia, Francesc Homs, explicó que se trató de una reunión más con el fin de intentar desbloquear el desacuerdo entre las formaciones soberanistas. “Estos días hay reuniones de todo tipo y con todo tipo de gente, y las habrá en los próximos días”, aseveró en declaraciones a los periodistas en La Selva del Camp (Tarragona). A este respecto, en un acto de la ANC celebrado ayer en Barcelona, su presidenta afirmó estar convencida de que Mas y Junqueras, que siguen manteniendo posiciones enfrentadas sobre cómo tiene que ser la hoja de ruta soberanista tras el proceso participativo del 9-N, llegarán a un acuerdo después de Reyes. Además, en sus declaraciones a Ara, Forcadell explicó que la importancia de estas elecciones -que definió como la segunda vuelta del 9-N- es que no pueden estar “demasiado alejadas” del proceso participativo de principios de noviembre, insistiendo en que está esperanzada en que el acuerdo entre Mas y Junqueras se produzca más pronto que tarde.
Rechazó a su vez la opinión de que el independentismo se esté desinflando o que haya tocado techo, y apuntó que ella no conoce a nadie que estuviera a favor de la independencia y que ahora ya no lo esté; en cambio, dijo que sí conoce casos de personas no independentistas que ahora apoyan la secesión. Por último, y en referencia a Podemos, valoró que este partido ofrece un proyecto de regeneración “para los unionistas” pero no para Catalunya.
Cábalas En este contexto, las previsiones sobre la celebración de las elecciones catalanas cambian casi a cada jornada que pasa. La posibilidad de que Artur Mas aprovechara su discurso de Nochevieja para anunciar el adelanto electoral, que se daba por supuesta hace apenas unos días, parece ahora muy improbable. Todas las miradas apuntan a la rueda de prensa prevista por Mas el 13 de enero, tras el primer Consejo de Gobierno del año, por un motivo: si los comicios tuvieran lugar en el primer trimestre de 2015, como se comprometieron los impulsores del 9-N, la jornada electoral podría ubicarse como muy tarde el 29 de marzo; y el último día para convocarlos sería el 15 de enero.
Mientras se clarifica este panorama, ya han surgido voces que han apuntado incluso al 11 de septiembre, celebración de la Diada, como la fecha idónea para ubicar estas elecciones plebiscitarias. Dicha posibilidad sería vista con buenos ojos hasta por ERC, la formación que más presiona para que los comicios tengan lugar cuanto antes. Y es que así se cumpliría su objetivo de alejarlos de las municipales y forales de mayo, con la esperanza de que se desinfle el efecto Podemos, al que las encuestas sitúan en disposición de dar un vuelco al panorama político, también en Catalunya.
La conveniencia de que haya o no una lista única en un eventual adelanto electoral que aglutine al máximo de partidos soberanistas es el principal escollo que separa a Mas y a Junqueras, aunque durante los últimos días tanto desde CiU como desde ERC han asegurado que ven posible alcanzar un acuerdo. El primero propone una lista única con la presencia de independientes, mientras que Junqueras es partidario de que CiU y ERC concurran por separado, aunque con una misma denominación que transmita al electorado que tras los comicios habrá un acuerdo para avanzar hacia la independencia. El líder republicano también busca evitar a toda costa que su partido se vea salpicado por los casos de corrupción que han afectado a CiU.