vitoria - El lehendakari y el president Artur Mas tienen claro que los caminos de Euskadi y de Catalunya para lograr un mayor autogobierno son diferentes. Catalunya, que no debe enfrentarse a la tarea de cerrar heridas tras el ciclo violento de ETA, y donde la reivindicación del derecho a decidir es mucho más transversal e incluso los socialistas han pedido una consulta pactada, se prepara para convocar un adelanto electoral y para comenzar a construir las estructuras de un estado independiente. Euskadi, por su parte, busca un nuevo estatus de autogobierno desde la ponencia del Parlamento Vasco, donde los partidos comenzarán a perfilar el articulado del nuevo marco tras las elecciones municipales y forales de mayo. Ambos se reunieron ayer en Ajuria Enea para intercambiar sus hojas de ruta y, según explicaron fuentes de Lehendakaritza a DNA, llegaron a la conclusión de que, al margen de que sus planes de futuro sean diferentes, mientras Euskadi y Catalunya no logren un nuevo estatus habrá que gestionar la realidad actual y hacer frente a la invasión de competencias del Gobierno español de Mariano Rajoy. En ese punto, la coincidencia sí es máxima: acordaron trabajar conjuntamente para hacer frente a la recentralización. Queda por articular el procedimiento. Tampoco se conoce si la alianza se materializará a través de propuestas conjuntas del PNV y CiU en el Congreso, una estrategia que corresponde perfilar al EBB.
Urkullu y Mas se reunieron en una jornada de máxima carga emotiva. La cita tuvo lugar poco antes del partido que iba a disputar Euskal Selekzioa contra Catalunya para conmemorar el centenario del primer choque entre ambos equipos de fútbol, unas semanas después de la consulta independentista catalana y al borde de un adelanto electoral, y con Euskadi a punto de diseñar un nuevo estatus de autogobierno. Saben que sus vías son diferentes, pero ayer dejaron ver que su relación es cada vez más estrecha e incluso va más allá de lo político para adentrarse en la sintonía personal y que, al menos, hay un margen muy amplio para acordar una estrategia conjunta contra la invasión de competencias. Su interlocución ha pasado a ser bastante frecuente desde su reunión del 1 de mayo, donde recondujeron algunos desencuentros por el reparto del déficit entre las comunidades autónomas o por el deseo de CiU de tener un sistema fiscal como el Concierto económico vasco, lo que puso esa herramienta en el disparadero y provocó que el socialismo catalán pidiera arrebatárselo a Euskadi para aplacar las ansias soberanistas.
El lehendakari volvió a hablar con Mas antes y después de que el president se reuniera con Rajoy el 30 de julio. Ayer se reunieron a petición del lehendakari. En concreto, Urkullu invitó a Mas al partido y, cuando le confirmó su asistencia, aprovechó para pedirle una reunión y plantearle que fuera pública. Entre gestos de complicidad, incluso intercambiaron regalos. Desde Lehendakaritza explican que, aunque es una práctica habitual con los embajadores, el gesto no es la nota común en todos los encuentros políticos. Como precedente, cabe citar los regalos que se intercambiaron Urkullu y el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, con quien compartía su preocupación por el cierre de la violencia y una relación basada en la confianza. Las fuentes consultadas explican que el intercambio de ayer “es un gesto en que se reafirma la relación política y personal” entre ambos. Después de la reunión, que duró hora y media, acudieron a comer con sus respectivas mujeres al restaurante Zaldiaran. Más tarde se volvieron a encontrar en el palco de San Mamés.
¿adelanto? Según las fuentes consultadas, en la hora y media de reunión, Mas reveló a Urkullu su planteamiento sobre el adelanto electoral en Catalunya, aunque el lehendakari no soltará prenda porque no le corresponde y por lealtad institucional. Urkullu habló del nuevo estatus, aunque con prudencia porque sabe que corresponde a los partidos perfilarlo en el Parlamento. Si sus planes son diferentes, ¿qué pueden tener en común ambos líderes? Comparten la queja por la recentralización, lamentan que el Gobierno español no responda a las demandas de Euskadi y Catalunya y deje pudrir los problemas, y creen que el PP utiliza políticamente algunos presuntos escándalos. Abordaron su preocupación por el desprestigio de la política y los casos de corrupción y, aunque abogaron por extremar la transparencia y la rendición de cuentas, lamentaron que algunos partidos contribuyan a ensuciar la imagen de sus adversarios y de quienes no comparten su modelo de Estado utilizando los escándalos. Se referían a la herencia que ocultó al fisco el expresident Jordi Pujol, utilizada contra el proceso soberanista catalán, o la fallida investigación al alcalde de Barcelona Xavier Trias, con una Fiscalía que ha terminado archivando las pesquisas sobre su supuesta cuenta en Suiza por falta de pruebas y tras una intensa polémica entre CiU y el ministro del Interior, al que acusaron de filtrar informaciones falsas.
Las mismas fuentes aseguran que en el proceso catalán no es el PP quien directamente impulsa los casos aunque se pueda ver su “mano” detrás, mientras que en Euskadi “sí es el PP directamente quien siembra la sospecha sobre los batzokis del PNV o pone denuncias a nivel local”, como con el polideportivo de Pinosolo en Leioa. En resumen, Mas y Urkullu mostraron sintonía “prácticamente en todos los planteamientos y desde el respeto a sus hojas de ruta”.