barcelona - El líder de Podemos, Pablo Iglesias, levantó ayer gran expectación en su primer mitin tras ser encumbrado por las bases de la formación. Comienza el cambio fue el lema escogido para la puesta de largo de un proyecto que aspira a darle la vuelta a la política española, el escenario tampoco fue casual: Barcelona, el epicentro del debate soberanista. Iglesias llenó el pabellón olímpico con 3.000 personas. Fuera se quedaron varios centenares de personas -2.500 según los recuentos más optimistas- que hicieron cola hasta que el aforo se completó.
Su poder de atracción está fuera de toda duda y cumplió con los pronósticos de afluencia. Otra cosa es el mensaje, en los análisis posteriores hubo quien consideró que el discurso no había decepcionado, pero también quien esperaba un mayor grado de concreción o un posicionamiento favorable a la independencia.
Iglesias trasladó tres grandes ideas a los asistentes. Aunque no quiere que Catalunya se independice, entiende que los catalanes se sienten engañados por España y Podemos respetará lo que decidan sobre su futuro. Además, quiso marcar distancias con Artur Mas y presentarse como un alternativa a sucederle. Por último, reiteró su compromiso con el derecho a decidir, aunque lo extendió más allá del ámbito del soberanismo, ya que considera que es una herramienta clave para poner freno a las políticas de la austeridad.
El mensaje llegó, como siempre, envuelto en frases redondas que calan en los ciudadanos y con alcance para convencer a electores de variadas sensibilidades. “No estoy aquí para prometer nada a nadie a cambio de votos”, advirtió Iglesias como arranque de un discurso en el que pidió a los catalanes que les digan a los que gobiernan que es hora de irse: “Mas y Aguirre, vuestro tiempo ha terminado”.
la ola de cambio “Hemos venido a ganar y estamos preparados para gobernar”, destacó, para añadir que “los ataques que hacen hacia Podemos son los últimos latidos de un régimen moribundo atemorizado ante una ola de cambio”. Iglesias se posicionó en contra de la independencia de Catalunya aunque dijo entender sus motivos y aseguró que su partido respetaría lo que decidieran los catalanes en un hipotético referéndum: “¿Quiero que Catalunya se vaya? No, pero sé que la casta española ha insultado a los catalanes, porque no ha entendido que España es un país de países y un país de naciones”.
En la esencia del discurso volvió a brillar su ofensiva contra “la casta”, que representan tanto el PP como CiU, que ha dado cobertura política a los recortes. “No me veréis darme un abrazo ni con Rajoy ni con Mas”, aseguró Iglesias, en una velada alusión al líder de las CUP, David Fernández, que también se sitúa en el espacio del descontento social y que en la consulta del 9N se fundió en un abrazo con el presidente de la Generalitat. El líder de Podemos abogó por “dejar a un lado las banderas” y aseguró que España ha perdido su soberanía al seguir al dictado las órdenes de Angela Merkel.
Por su parte, el portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, criticó que Podemos “se presenta como Don Limpio” pero realmente “cuando les pasas el algodón está lleno de suciedad, por no decir de caca”. El PP “no es Podemos, sino hacemos”, aseguró en un acto de su partido en Sevilla. En una entrevista en Europa Press, el posible candidato de IU a La Moncloa, Alberto Garzón, acusó a podemos de ser “ambiguo” y renunciar a reivindicaciones de la izquierda para llegar al mayor número de electores posible.- DNA