Dice la cultura deportiva que el ataque gana partidos y las defensas vencen campeonatos. El concepto, al parecer, es válido para la política. Una cosa son las encuestas; otra, las elecciones. “No es lo mismo atacar, estar a la ofensiva, señalando a los demás sus errores, que defender tus alternativas y ofrecer soluciones a los problemas que señalas”, cita Lluís Orriols, doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid. Reflexiona el politólogo sobre el nuevo escenario en el que se halla Podemos, la esperanza blanca del ajedrez político, una formación espumosa, comodísima “cuando marca la agenda”, que sin embargo padece las turbulencias de la política “si ofrece la sensación de improvisación”. Orriols define ese impacto “como el efecto Ana Pastor”, también conocido como “que te pillen fuera de juego”. Se refiere el politólogo a una entrevista de la periodista en la que Pablo Iglesias, hasta entonces extraordinariamente dominante y solvente frente a los focos, se mostró un tanto esquivo ante la insistencia de Pastor, que quería respuestas muy concretas, probablemente imposibles, pero que lograron deteriorar la impecable imagen y el discurso del líder de Podemos. “Eso fue un punto de inflexión para Podemos”, certifica Asier Blas, profesor de Ciencias Políticas de la UPV.
“Aquella entrevista le hizo daño. Se abrió una brecha que es dañina para ellos de cara a la opinión pública”, expone Orriols sobre la sensación de “cierta improvisación” mostrada por la formación de Pablo Iglesias, que una vez conformado como partido política y, según las encuestas, como alternativa de gobierno, se le fiscalizará. “Era de esperar. Les temen. Para Podemos se ha acabado la etapa de ser bien tratado. En los siguientes meses seguro que existen intentos por desprestigiarles”, vaticina Asier Blas. Ese patinazo, reconocido por el propio damnificado, -“es cuando peor se ha visto comunicativamente a Pablo Iglesias”, apunta- desenfocó al líder de Podemos, un gran comunicador que en los formatos tipo tertulia, donde tomó vuelo, funciona mejor que ningún otro “porque se prepara las intervenciones concienzudamente, al detalle, y tiene las ideas muy claras”, dice Orriols. Las dudas que afloraron, “ese cierto aire de improvisación, la indefinición” en el plató de El Objetivo en La Sexta, “es lo más peligroso para Podemos”, según el politólogo. Más si cabe cuando sus adversarios intentar debilitarle, dar con el ángulo muerto de Podemos, con su talón de Aquiles.
“Desde mi punto de vista, el principal problema que pueden tener a medio y largo plazo es cómo van a gestionar el eje: centro-periferia, porque en España no todo es izquierda y derecha”, desgrana Asier Blas. De hecho, Podemos ha logrado enraizar “con el centro político español, que no es el centro político como tal”. Explica el politólogo que el centro político español es “un punto de representación que fluctúa entre Izquierda Unida y el PSOE”. Además, Podemos ha conseguido conectar con otros sectores “muy desencantados con lo que está ocurriendo y ese es su punto fuerte”.
Conscientes de su nuevo estatus, tras el resbalón, el partido de los círculos se alejó de los flashes y de los micrófonos. Dejó el escaparate para recomponer el dibujo táctico y tomar oxígeno en la trastienda. “La clave en política es marcar la agenda porque de otra manera te hace perder la iniciativa y Podemos ha llevado la iniciativa habitualmente, esa es su fuerza”, subraya Lluís Orriols. “Ellos lo saben mejor que nadie y son muy hábiles a la hora de establecer cuál debe ser la agenda, de qué se tiene que hablar”. Armada alrededor de la Facultad de Política de la Universidad Complutense de Madrid, compuesta en su génesis y en su núcleo duro -Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón y Pablo Iglesias- por profesores de Ciencias Políticas, la estrategia es el punto fuerte de la nueva formación. “Percibieron que a raíz de la entrevista se les miraba más a ellos, que se les escrutaba de otra manera- Se cambiaba la agenda política y se hablaba más de ellos que de la corrupción o la casta. Dejaron de controlar la agenda política, así que dieron un paso atrás para volver a la ofensiva”. El diagnóstico entre los líderes de Podemos fue claro: optaron por apagarse durante un tiempo. “Percibieron que algunas exposiciones públicas pueden resultar dañinas” acentúa Orriols. “Son muy buenos a la hora de comunicar y se dieron cuenta que patinaron”, afirma Blas.
Conscientes de que su credibilidad podría resultar laminada en esa situación, más si cabe después de que varias encuestas situaban a la formación con opciones reales de gobernar en España tras romper el status quo del bipartidismo PP-PSOE, Podemos regresó a su laboratorio de ideas para mostrar su programa económico, sostenido por Vicenç Navarro y Juan Torres López, dos reputados economistas. El movimiento de Podemos respondía al ambiente generado cuando se les instó a que concretaran cuáles eran sus medidas económicas. El corrimiento de tierras lo había provocado la falta de concreción de Pablo Iglesias al cuestionario, firme para algunos, inquisidor para otros, realizado por Ana Pastor.
A partir de ese instante se “abrió la caza a Podemos”, según establecen desde la formación, que ha pasado de ser menospreciada por el binomio PP-PSOE, la catalogaron como friki, a convertirse en una seria amenaza para sus intereses. “PP y PSOE van decididamente contra Podemos. Incluso se habla de una posible gran alianza de ambos partidos para minimizar las posibilidades de Podemos”, indica Blas, que añade “a diferencia de otros partidos, los líderes están muy preparados y eso ante un sistema de partidos que en muchas ocasiones premia la mediocridad...”. En ese nuevo paisaje, inundado el país de corrupción, recientemente brotó el asunto de Iñigo Errejón, al que se señaló como beneficiario dudoso de una beca de investigación por la Universidad de Málaga para la que realizaba el trabajo. El de Errejón ha sido uno de los casos con los que han tratado de acotar el potencial de Podemos, que se ha convertido en el enemigo a batir por cierto sector del establishment, aterrado ante la posibilidad de perder poder. “Si hay material comprometido respecto a Podemos, lo sacaran a cuentagotas. Las malas noticias se dan por capítulos en política”, describe Orriols.
acoSo y derribo Es evidente que la maquinaria está investigando cada poro de Podemos, sin embargo parece complicado encontrar trazas de corrupción en una formación que no ha gobernado en ningún sitio y que pretende eliminar cualquier elemento que distorsione su pureza estableciendo un cordón sanitario en las elecciones municipales. En Podemos no quieren contaminar la marca y por eso su apuesta son las generales, donde el control y filtro de los candidatos es más exhaustivo por una cuestión meramente numérica. “Tácticamente son muy buenos”, recalca Orriols, del mismo modo que cuestiona la eficacia de la vinculación que se hace entre Podemos y Venezuela. “Ese discurso contra ellos, a efectos prácticos, no les hace daño”.
El nuevo mantra para poner en jaque a Podemos se escribe con las siglas de ETA. Un clásico cavernario. A esa liana se agarró Sergio Martín, director del Canal 24 horas de TVE, que entrevistó a Pablo Iglesias por vez primera en el ente público. “Si uno pone Pablo Iglesias en Internet aparecen miles de vídeos del pasado, presente, del pasado lejano... Y hay uno en el que hemos visto a Iglesias defender la salida de los presos de ETA de las cárceles. Esta semana está usted de enhorabuena entonces...”. Ese “enhorabuena” del presentador recibió una contundente respuesta por parte de Iglesias. “No es un problema de enhorabuena, y que nadie juegue con el dolor de las víctimas”, espetó, visiblemente enojado. La actuación de Sergio Martín no pasó desapercibida. Su “enhorabuena” fue duramente criticada y el Consejo de TVE exigió su dimisión. “La forma en que se hace la pregunta está en contra del manual de estilo y del Estatuto de Información de TVE y pone en duda la credibilidad de la cadena”, expuso Alejandro Caballero, presidente del Consejo de Informativos de TVE. “Sí puede ser interesante conocer la postura de Pablo Iglesias al respecto de ese tema, pero está fuera de lugar la forma”. Ese mismo hilo argumental, el de ETA, lo emplearon Telemadrid y ABC para vincular a Podemos con la banda armada.
Para Orriols, el campo de juego está en la “agenda política y en el discurso”. Desde esa base se sostiene la clave de bóveda de la política y ese es el punto fuerte de Podemos, que no tiene pasado ni para recibir masajes ni para soportar palos. “El entorno, evidentemente, les es favorable para su discurso, que es muy sencillito, pero llega mucho porque está asentado en una idea fuerza”, analiza Asier Blas. Ese es su Cabo Cañaveral particular. Mientras sean capaces de situar “las coordenadas de la discusión política, de marcar la agenda de la opinión pública, tendrán mucho ganado”, argumenta Orriols. Con ese combustible, a Podemos le interesa recuperar la iniciativa en la discusión política. “De hecho, todos los partidos políticos luchan por marcar la agenda”, lanza Orriols. Cuestiones como “la corrupción, la casta, la regeneración democrática” enmarcan el mensaje fuerza de la formación y han sido los conceptos que han determinado la agenda en los últimos meses. Ese discurso tan potente como permeable en la sociedad, asqueada de tanta corrupción y con una gran desafección hacia los viejos métodos de hacer política, se percibe como la pértiga en la que se apoya Podemos para dar el gran salto, encarnado en la frase de Pablo Iglesias: “Nos presentamos para ganar”. Para impedirlo se ha iniciado la campaña de dar con el talón de Aquiles de Podemos.