barcelona - Mientras todas las miradas se dirigen al acto donde Artur Mas trazará mañana su hoja de ruta, el líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, presentó ayer su nueva plataforma de debate, Construïm, que pretende crear un espacio político de centro para atender los problemas de la sociedad catalana “más allá de la independencia”. La iniciativa del democristiano, valedor siempre de una tercera vía, llama a alejarse de los frentismos y a ahondar en la diversidad y los matices de la ciudadanía, a su juicio, transversal. Arropado por la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, querellada por la Fiscalía General del Estado y que en el proceso participativo admitió haber votado por el doble sí, Duran conduce su apuesta en otra dirección porque entiende que al margen de la secesión “también hay vida”. Un escenario que pone de manifiesto las diferencias internas existentes en UDC y que podrían dar al traste con la federación nacionalista a tenor de que Convergència se pronuncia claramente por el Estado independiente.
“No podemos estar centrados en la cuestión nacional, aunque nos interesa y preocupa”, señaló Duran durante la clausura de las primeras jornadas de debate de la plataforma, y en las que resaltó la “complejidad” de la sociedad catalana. De ahí que, según el dirigente de Unió, “nos preocupen todos los sectores; hable la lengua que hable, viva donde viva, piense lo que piense, desde el que se siente solo catalán al que se siente solo español”, justificó con el fin de abordar el futuro del bienestar social con criterios éticos, de abajo hacia arriba y teniendo en cuenta la familia, “un referente de la fortaleza social”. Hasta cuatro veces nombró el democristiano a Podemos alertando del auge del populismo en Europa, a la vez que rechazó que la regeneración democrática pase necesariamente por ofertas rupturistas.
Duran detalló que en Construïm intentará dar cobijo a las muchas personas que en la actualidad se sienten “huérfanas de partido”, ante la polarización del debate político y la falta de respuestas a sus necesidades. Para recuperar la confianza de los ciudadanos, se decantó por aumentar la transparencia en las formaciones políticas, abordar la discusión sobre su financiación e incrementar la cercanía entre ciudadanos y políticos, regeneración política que se erigió en tema central de un encuentro que contó con la presencia del ex primer ministro italiano Enrico Letta y del conseller de Agricultura, Josep Maria Pelegrí.
pendientes de artur mas Mientras, Mas trabaja en la conferencia que pronunciará en el Fórum de Barcelona, antes de que el republicano Oriol Junqueras plantee su visión el próximo 2 de diciembre, en un evento de similar formato en el Palau de Congresos de Catalunya. Ante unas 2.500 personas -con representantes de la sociedad civil, miembros de CiU y dirigentes de otros partidos-, el president avanzará mañana, bajo el título Després del 9-N: Temps de decidir, temps de sumar, que estamos en punto de inflexión en el escenario político donde es preciso catalizar los diversos intereses soberanistas. “Una visión personal, no compartida con nadie, que va más allá del Govern y de su partido y que está preparando como nunca”, sostienen desde el entorno del Jefe de la Generalitat, propulsado por el 9-N y la ola de solidaridad recogida tras la querella que le interpuso el fiscal general Eduardo Torres-Dulce.
Mas y Convergència se afanan en gestar un clima que desemboque en la denominada “lista de país”, y para ello el líder de CiU confía en la influencia de la Assemblea Nacional Catalana, cuyas asambleas territoriales se están pronunciando masivamente a favor de la candidatura única, y que hará pública su posición el sábado. En CiU admiten que el reto es “gigantesco”, pero, en apenas dos semanas, se han concentrado tres episodios que podrían reforzar a Mas en su camino hacia la independencia: la movilización del 9-N, la reiterada negativa de Rajoy a negociar un referendo y la querella de la Fiscalía. En este contexto, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, sin citar la lista unitaria, avaló ayer unos comicios plebiscitarios para conseguir un mandato democrático a favor de la secesión y que el gobierno resultante sea “mayoritario, transversal y de unidad” para construir estructuras de Estado.