Madrid - Y en estas irrumpe el artículo 8 de la Constitución española que atribuye a las fuerzas armadas la misión de “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Escudándose en ese precepto, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general Jaime Domínguez Buj, mostró ayer la disposición de este Cuerpo para tomar partido en el conflicto catalán ante lo que considera una postura de debilidad del Gobierno español en este asunto. Bajo la advertencia metafórica de que “cuando la metrópoli se hace débil es cuando se produce la caída”, se escudó en que “procesos” de esta tipología se producen “cuando el poder central está debil”, evocando cuando el Estado español perdió sus últimas colonias en 1898.
Matizó sus palabras aclarando que había referido a la Guerra de la Independencia (1808-1814), pero el general no dudó en subrayar que le “duele España” por la situación que atraviesa en los últimos años. Tras un desayuno en Madrid organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior, el JEME precisó que el problema no debe resolverse con “la fuerza”, y que, aunque las Fuerzas Armadas “no son garantes de nada”, sí son la “herramienta que tiene el Gobierno para hacer cumplir la ley y la Constitución”, por lo que deben “estar preparadas para intervenir”. A su juicio, para atajar desafíos como el soberanismo catalán el Estado debe “ganarse las mentes y los corazones de todos los españoles” para que estos sean conscientes de que “es mejor seguir siendo español” que buscar la independencia. - I. Santamaría