Madrid - El Gobierno lanzó ayer al presidente de la Generalitat Artur Mas el mensaje de que debe perder toda esperanza de llegar a un acuerdo que suponga la secesión de este territorio, tras su petición de diálogo para lograr una “consulta definitiva”. La encargada de trasladar esa posición fue la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, quien explicó en la sesión de control del pleno del Senado la firmeza del Gobierno ante la petición formalizada horas antes por Mas.
Aprovechando una pregunta sobre el 9-N planteada por el portavoz de CiU en el Senado, Josep Lluís Cleries, Sáenz de Santamaría advirtió a Mas y a CiU de que, con el PP en el Gobierno, no van a jugar con la soberanía de los españoles.
“Convendría menos retórica y más las cosas claras. Si lo que quieren -añadió- es la independencia de Catalunya, difícilmente vamos a llegar a un acuerdo, porque ni este Gobierno ni este partido va a prestar sus votos para un acuerdo de secesión”, garantizó.
Para la vicepresidenta, lo ocurrido el domingo en Catalunya fue un “fracaso” de la Generalitat y de CiU porque sólo participó, según los propios datos del Gobierno catalán, un tercio de los que lo podían hacer. El resto, a su juicio, “les han ignorado”.
La consulta soberanista también se coló ayer en el debate de las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado para 2015, con cruces de reproches entre los portavoces de los partidos nacionalistas y no nacionalistas.
Un gran día para los catalanes El primero en desviar el debate hacia Catalunya fue el portavoz de ERC, Alfred Bosch, para quien el pasado domingo se vivió un “gran día” y por ello no dudó en proclamar su felicidad por el resultado.
Unas palabras que, de inmediato, provocaron rumores de desaprobación y algunas risas en la bancada popular, a la que Bosch afeó su “nerviosismo”, al tiempo que tachó al Gobierno de Mariano Rajoy de convertirse en un “bufete picapleitos”.
No fue el único diputado catalán que se felicitó por el desarrollo de la consulta del pasado domingo. El portavoz adjunto de CiU, Josep Sánchez Llibre, destacó el comportamiento “cívico” y “tranquilo” de la “masiva” jornada de votación, en un proceso de participación “eficazmente organizado”.
También felicitó a los diputados catalanes el diputado del PNV Pedro Azpiazu, por el “ejemplo cívico” de los votantes que acudieron a la consulta, a pesar de las “dificultades” que se han vivido en el proceso. Por su parte, el diputado del PSC Joan Rangel denunció el “callejón sin salida” a la que han empujado a la sociedad catalana los gobiernos de Mariano Rajoy y Artur Mas. - E.P.