El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, rompió ayer la línea oficial del PP de renegar de la reforma constitucional que propone el PSOE para mostrarse por primera vez dispuesto a abordar su estudio, aunque reclamó un amplio consenso al estimar insuficiente que solo se haga con un pacto entre populares y socialistas. Eso sí, echó un nuevo jarro de agua fría para aquellos como el propio PSOE que consideran que la reforma de la Constitución puede servir para dar respuesta a las demandas de Catalunya. En este sentido, Rajoy mostró sus dudas de que los partidos nacionalistas puedan sumarse al acuerdo que vería posible alcanzar entre los dos grandes partidos estatales.

Rajoy refirió a este debate durante una intervención en un foro empresarial en Alicante, donde no habló expresamente sobre Catalunya ni aludió a la decisión del Tribunal Constitucional de suspender por segunda vez la consulta del 9-N. “Estoy dispuesto a escuchar todas las propuestas de reforma constitucional que se hagan. Me gustaría que se hiciera y que tuviera un mínimo de consenso, porque creo que en este momento, una Constitución tan solo de dos partidos no es el mejor servicio que se le puede hacer a España”, afirmó Rajoy.

A su juicio, “es posible que PP y PSOE se pongan de acuerdo” en esta cuestión, pero expresó sus dudas de que a él se sumen “quienes quieren incluir el derecho de autodeterminación cuando no existe en ningún país del mundo”, en alusión a los partidos nacionalistas.

Manifestó entender que se quiera abrir el debate y remarcó que está dispuesto a escuchar, pero precisó que hasta ahora, quienes defienden renovar la Carta Magna, no han puesto sobre la mesa “nada concreto”, solo un “discurso”.

Rajoy señaló que “es bueno que las cosas se adapten” y que “no está mal” que haya partidos que quieren una nueva Constitución, pero además de expresar sus dudas sobre si se alcanzaría un pacto tan amplio como en 1978, planteó una retahíla de preguntas sobre para qué se quiere el cambio. Entre ellas, si es para “contentar a alguien o evitar algún problema generado en los últimos tiempos en España” o para dar más o menos competencias a las autonomías.

Al referirse el modelo federal que plantea el PSOE, el jefe del Ejecutivo se preguntó si las competencias serían iguales para todas las regiones o si se trataría de un “federalismo asimétrico, que son dos palabras contradictorias en sí mismas”. Si extender el Concierto Económico y el Convenio que rigen en Euskadi y Nafarroa o suprimirlo, como defienden algunos partidos, o cómo plasmar los hechos diferenciales de las distintas comunidades autónomas son otras de las cuestiones que Rajoy puso sobre la mesa. “Hay quien dice abramos el melón y ya vemos que pasa. ¿Pero de qué vamos a debatir, de la forma de Estado?”, inquirió.

Que mas cumpla Quien sí aludió al fallo del TC fue la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien pidió al president de la Generalitat, Artur Mas, que respete la suspensión al asegurar: “La ley nos obliga a todos y ningún gobernante puede decidir lo que cumple o deja de cumplir”. “La ley es igual para todos”, recalcó. - DNA/Efe