DONOSTIA. Otegi plantea esta reflexión en una entrevista que publica hoy el diario Berria, en la que se muestra autocrítico con la actuación de la izquierda abertzale y aboga por avanzar hacia la independencia sin esperar ningún acuerdo con el Estado y sin aguardar a que se resuelvan las "consecuencias del conflicto", en alusión a cuestiones como el desarme, las víctimas o los presos.

El secretario general de Sortu, que cumple una condena de seis años y medio en la cárcel de Logroño por intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna, ve a Euskadi lejos de poder afrontar un proceso independentista similar al de Catalunya.

Para ello, propone avanzar hacia un "cambio de cultura política" que permita "crear un proyecto independentista renovado y conformar una mayoría social fuerte en torno a él en Euskal Herria".

"La izquierda abertzale tiene una gran capacidad para crear nuevos escenarios y encender la ilusión en nuestro pueblo. Pero, luego, tiene enormes problemas para adaptarse al nuevo escenario y actuar con coherencia", sostiene Otegi.

El dirigente abertzale asegura que le consta que en el seno de Sortu está abierto este debate y se muestra seguro de que "acertarán".

Otegi aboga por "sacar de estructuras cerradas" el debate sobre la independencia y "hacerlo en los pueblos y con el pueblo".

En este punto radica, según el líder abertzale, el "retraso" que observa en el País Vasco respecto a Catalunya, en que allí, desde su inicio, el pueblo "es el único protagonista del proceso", por encima de los partidos.

Por el contrario, lamenta que en Euskadi "no hay encima de la mesa ninguna propuesta concreta" de Estado propio porque, a su juicio, el pueblo vasco no dispone de las herramientas necesarias para activar ese proceso.

Desde el ámbito político apuesta por conformar un frente amplio, plural, que reúna distintas culturas políticas y que tenga un funcionamiento interno democrático en el que las decisiones se adopten entre todos sus miembros.

Respecto al fin del terrorismo, Otegi entiende que el desarme de ETA es un "paso lógico y coherente" con su decisión de dejar las armas, tras lo que apunta que el Gobierno está intentando retrasar la llamada "agenda de las consecuencias" para "ganar tiempo" y evitar que comience en Euskadi un proceso como el de Catalunya.

Por este motivo, el dirigente abertzale promueve cambiar el esquema que defendió en su momento y aboga por activar el proceso hacia la independencia de forma unilateral sin esperar a llegar a acuerdos en cuestiones como el desarme, las víctimas o los presos.

Otegi responde a quienes, como el PNV, le exigen una revisión ética de su actuación y sostiene que la izquierda abertzale habla de una "ética revolucionaria", cuyos principios no son los de la "ética burguesa".

No obstante, alude a una cita de Fidel Castro para asumir que todo revolucionario que luche por otra sociedad "debe apostar por la vía que menos sufrimiento humano provoque". "Sobre eso tiene en qué reflexionar la izquierda abertzale", reconoce Otegi, quien añade que también el Estado tiene su responsabilidad en este sentido.

En otro apunte autocrítico, agradece el apoyo que reciben los presos de ETA y su entorno y admite que tanto ellos como los militantes de la izquierda abertzale en general están "en deuda" porque "tal vez no han sabido cumplir con la inteligencia y la celeridad necesaria los cambios que el pueblo pedía desde hace tiempo".

Sobre su situación personal, asegura que desde el principio supo que cumpliría una condena larga, al tiempo que reivindica su trabajo y el de los otros cuatro condenados de Bateragune en favor de la paz, así como el de los socialistas Jesús Eguiguren y Francisco Egea.