gasteiz - “Fue tan nocivo el apoyo de la izquierda abertzale como el olvido del resto de partidos y de las instituciones”. Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala, uno de los dos jóvenes militantes de ETA secuestrados, torturados y asesinados por los GAL en 1983 -caso del que se cumplen precisamente ahora 31 años y que ha vuelto también a la actualidad a raíz del estreno de largometraje Lasa eta Zabala-, se expresaba así ayer en el marco de en la mesa redonda La relación de víctimas del terrorismo con su entorno social, dentro del XII Seminario Fernando Buesa que organiza la fundación en memoria del político socialista asesinado por ETA en 2000.
Pili Zabala agradeció a la Fundación Buesa la oportunidad de poder contar su relato, más aún tras haber estado, dijo, 28 años sin poder hablar de ello por el dolor que sentía. Zabala participó en la mesa junto al edil socialista Patxi Elola, víctima de ETA, y los portavoces de Lokarri, Paúl Ríos, y de Gesto por la Paz, Fabián Laespada. La hermana de Zabala explicó que en su localidad natal, Tolosa, el entorno de la izquierda abertzale le brindó su apoyo cuando se supo que habían secuestrado a su hermano, pero advirtió de que este gesto le producía “tanto dolor como el olvido y el desprecio callado del resto de políticos de aquella época” porque veía que la izquierda abertzale no condenaba otras vulneraciones de derechos humanos. Recordó que el entonces lehendakari del PNV, Carlos Garaikoetxea, tampoco mostró ningún apoyo a su familia, ni la Iglesia, ni la Diputación de Gipuzkoa...
“Tener que escuchar en el juicio todas las torturas a las que les sometieron y el calvario que sufrieron él y Jose Antonio Lasa fue muy duro pero todavía lo es más cuando ves que les condenan y a los dos o tres años ya están en sus casas”, continuó para pedir que se revisen las leyes y el sistema judicial.
Por su parte, Patxi Elola, que militó en ETA político-militar durante la dictadura, narró la persecución que vivió en Zarautz tras su ingreso en el PSE-EE y solidarizarse con las víctimas, y dijo que le preocupa “la clase política que ha sido parte en esta macabra historia”: “Parece que ETA y la izquierda abertzale se han dado cuenta de que la violencia no es el camino pero todavía falta que asuman la democracia con todas las consecuencias”. “No estamos en un proceso de paz en el que hay que confraternizar dos partes enfrentadas sino que los que han luchado contra la democracia deben aceptarla y si lo hacen con convicción, mejor”, zanjó. - Efe