MADRID - El PP se quedó solo ayer en la defensa de la Ley de Seguridad Ciudadana en el arranque de su tramitación parlamentaria. En una sesión plenaria que vivió momentos de gran intensidad, la formación presidida por Mariano Rajoy hizo uso de su mayoría absoluta para tumbar las nueve enmiendas a la totalidad presentadas por todos los grupos de la oposición. Pese a que este proyecto llegó a la Cámara Baja muy rebajado, la bancada opositora cargó duramente contra el mismo, tachándolo de “represivo”.

El encargado de defender esta ley, que sustituirá a la de 1992, fue el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien aseguró que “respeta el necesario equilibrio entre seguridad y libertad”, es “profundamente garantista” y tiene “perfecto encaje en el ordenamiento jurídico”. En cuanto a uno de sus apartados más polémicos, el de las sanciones, valoró que “limitan la discrecionalidad de la Administración”. De este modo, la cuantía de las multas será la misma que hasta ahora y las infracciones muy graves estarán multadas con entre 30.000 y 600.000 euros; las graves, con entre 1.000 y 30.000 euros, y las leves, con multas 100 a 1.000 euros. Otra novedad respecto al primer borrador es la división de las sanciones muy graves y graves en grados máximo, medio y mínimo. Además, como norma general, se impondrá al infractor la multa en el grado más leve.

El resto de cambios sufridos por el proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana incluyen la prohibición por primera vez por ley de las redadas policiales indiscriminadas o por razones étnicas, la regulación de los cacheos o que el traslado y estancia en comisaría para la identificación de personas no supere el plazo máximo de seis horas. El texto también fija criterios de actuación más claros para las fuerzas de seguridad como la proporcionalidad o que la intervención policial en manifestaciones sea “el último recurso”.

Estos argumentos no convencieron al resto de partidos, y la portavoz del PSOE Isabel Rodríguez afirmó que se trata de una “ley de represión ciudadana” que recuerda a la franquista de 1959. Agregó que “primero tuvieron la crisis para recortar derechos y ahora la excusa de la seguridad para recortar la libertad”, advirtiendo al ministro de que “no deberían empeñarse en gobernar contra todos siempre. Está a tiempo de retirar esta ley si no quiere acabar como el señor Gallardón”.

Tensión Uno de los momentos más tensos llegó con la intervención del portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, quien entonó el estribillo de una canción de Eskorbuto, “mucha policía, poca diversión”, al tiempo que se amordazó en la tribuna con una cinta azul. “No me extraña que se ponga la mordaza, porque ha estado jaleando y apoyando a unos terroristas que de amordazar para después torturar y asesinar saben mucho, a los que no han condenado y pedido que se disuelvan”, le espetó Fernández Díaz. - DNA