Bilbao - “Representa el perfil de la humildad. Aunque en los primeros años algunos dudaban de su capacidad para sacar adelante el proyecto de Lokarri, lo cierto es que ha realizado un trabajo paciente, estable y silencioso. Esa es una de las grandes virtudes de Paul, el trabajo diario sin cejar en ningún momento ante las adversidades. Por encima del éxito que supuso para Lokarri y para él personalmente la Conferencia de Aiete, lo importante ha sido la labor realizada estos años”.

Así define a Paul Ríos (Getxo, 1974) una persona que ha trabajado durante años junto al coordinador de Lokarri, alguien que le conoce bien y que destaca de él que le gusta huir de las estridencias. Un hombre tranquilo que, sin embargo, y pese a que lleva años como un personaje público, todavía se pone nervioso cuando tiene que afrontar una rueda de prensa o una comparecencia pública.

A los 15 años Paul Ríos comenzó a participar en las concentraciones que realizaba Gesto por la Paz en su Getxo natal. Era su primer compromiso con la paz y, además, en tiempos más duros, cuando la violencia de ETA estaba en pleno apogeo.

Cuatro años más tarde, con 19 años, comenzó a trabajar en Elkarri, la matriz de lo que posteriormente sería Lokarri, donde trabó amistad, entre otros, con Jonan Fernández, el actual secretario de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, nunca ha ejercido esta carrera ya que siempre ha estado vinculado a la consecución de la paz. Desde hace ocho años como coordinador de Lokarri, pero, como se ha señalado, anteriormente trabajando activamente en Elkarri.

Casado con Ainara tiene dos hijos, Andoni y Oier, con quienes se le puede ver paseando por el barrio getxoztarra de Algorta o por el pueblo cercano de Plentzia, donde vive su padre. Y es que Paul Ríos, sin considerarse un deportista, sí es un andarín y le gusta caminar y dar paseos.

Si la paz y la convivencia son su gran fijación, su otra gran pasión es el cine, aunque como él mismo reconoce ahora apenas si puede ir a las salas por los críos. “Sin embargo, en casa si puede veo dos películas seguidas. Cuando me dejan”, señala. Son muchas horas de celuloide, pero si tuviera que quedarse con una película, y aunque le cuesta su tiempo el decidirse, opta finalmente por 2001 Una odisea del espacio del estadounidense Stanley Kubrick.

Otra de las aficiones del coordinador de Lokarri es la lectura. Aparte de aquellos textos que puedan servir como apoyo a su trabajo en el red social para el diálogo, si tendría que quedarse con un libro elige 1984 de George Orwell. “Es un libro que lo leí hace mucho tiempo. Recientemente me he reencontrado con él y si tengo que quedarme con un libro apuesto por este”, señala Ríos.

“no me voy a dedicar a la política” De cara a su futuro inmediato, Paul Ríos tiene una cosa clara: “no me voy a dedicar a la política”. Asegura que por su cabeza no pasa el hecho de que “semanas después de dejar Lokarri me vaya a presentar como un activo de un partido político”.

De hecho, en la rueda de prensa que ofreció ayer insistió en la necesidad de la implicación de la ciudadanía para consolidar un proceso de paz “irreversible” y animó a la sociedad vasca en los foros dedicados a consolidar el proceso.

En los últimos años ha trabado amistad con numerosos agentes internacionales. Conocida es su complicidad con el abogado sudafricano Brian Currin, líder del Grupo Internacional de Contacto, y que junto a Lokarri fue uno de los artífices de la Conferencia de Aiete, que supuso la antesala del anuncio de ETA del fin de su actividad violenta. En los últimos tiempos, también se ha convertido en el soporte de los verificadores internacionales encabezados por Ram Manikkalingam.

Hay un dicho que reza que es uno es mucho más valioso por lo que calla que por lo que dice. Y Paul Ríos es una persona que mide muy mucho lo que tiene que decir. Aunque siempre ha mantenido una línea directa con la prensa, el coordinador de Lokarri ha sabido medir milimétricamente lo que se podía o no se podía decir.