Bilbao - La izquierda abertzale ha desplegado un discurso más conciliador abriéndose a negociar los Presupuestos del Gobierno Vasco. También ha apostado por reformular el suelo ético con la expectativa de desatascar la Ponencia de Paz. Ese suelo aboga por reconocer la responsabilidad de cada cual en el pasado, y pone en valor la memoria como “herramienta esencial para deslegitimar el terrorismo”. EH Bildu lo aceptó como base, aunque propuso cambiar la alusión al “terrorismo” por el término “violencias” para abarcar más vulneraciones de derechos. Ahí prendió la chispa. El PSE pidió que hiciera suyo el texto, más allá de aceptarlo como un documento de trabajo que aspira a modificar. Amparado en ese matiz, y en que la izquierda abertzale debía reconocer expresamente la injusticia de la violencia y su parte de responsabilidad, dejó la ponencia en septiembre del año pasado. El PP nunca llegó a sumarse esta legislatura. El parlamentario de EH Bildu y secretario general de EA, Pello Urizar, esbozó ayer qué propone la coalición. Pidió que el suelo no aluda solo a ETA, sino a la “violencia de Estado y las torturas”, una posición que retrotrae al debate entre el “terrorismo” y las “violencias” que ya congeló la ponencia en 2013. La alusión a las torturas no supone un problema en sí mismo para el PNV, y tampoco para el PSE. El problema estriba en que los socialistas podrían interpretar que EH Bildu busca desviar el foco de su pasado. Sin embargo, está por ver si la coalición acompaña su propuesta sobre las otras violencias con un ejercicio de autocrítica de su propio pasado o alusiones a ETA. El PSE no hablará hasta ver el texto.

Según ha podido saber este diario, el debate sobre el suelo ético estuvo presente en las reuniones sostenidas en verano entre el PNV y Sortu. En distintos ámbitos cunde la impresión de que la izquierda abertzale ha mostrado, al menos, voluntad de hacer un esfuerzo. Hay cierta expectativa y no tanto pesimismo, aunque está por ver si cuaja el acuerdo. El PNV se ha mostrado crítico con el PSE por pretender que el acuerdo sea el punto de partida de la ponencia en lugar de llegar a consecuencia de los trabajos, pero cree que no estaría de más un pronunciamiento de EH Bildu, y está dispuesto a acompañar en ese recorrido.

En cualquier caso, Urizar vino a decir en Herri Irratia-Radio Popular que la postura de EH Bildu no ha cambiado. “No rechazaba lo que ya ponía [en el suelo], sino que pensaba que tenía que completarse. La única diferencia respecto a los meses anteriores es que hemos tenido la posibilidad de trasladarlo de manera directa al lehendakari, y ha percibido que es sincero”, matizó, sobre el encuentro entre Urkullu y el líder de Sortu, Hasier Arraiz. Fuentes parlamentarias de la coalición lamentan que “siempre se ponga el foco en lo que tiene que hacer EH Bildu”. “Lo que tenemos claro es que estamos dando muchos pasos, y la situación no está bloqueada por nosotros ni mucho menos”, abundan. Las declaraciones de Arraiz en el pleno de política general, donde dijo no estar “contento” con todo lo que ha hecho la izquierda abertzale, podrían avanzar más pasos, aunque esas fuentes encuadran sus palabras en “la normalidad de la autocrítica que pueda hacer cualquier formación”.

El Gobierno alberga ciertas esperanzas porque esta vez la idea parte de la izquierda abertzale y, al decir Arraiz que iba a servir para desbloquear la ponencia, llevaría implícito que fuera un paso adelante y no más de lo mismo, según fuentes de Lakua. Su portavoz, Josu Erkoreka, aseguró en ETB-2 que el paso lo debe dar la izquierda abertzale, no el Gobierno, y que debe buscar el encuentro de todos los partidos. “Si no, sería un intento baldío porque estaría abocado al fracaso”, dijo.