bilbao - Joseba Urrosolo reprocha a ETA su demora en disolverse. “A algunos se les está haciendo hasta confortable esta situación”, asegura. Hace extensiva su censura a la actitud de la izquierda abertzale a la que ve muy cómoda con esta situación. La entrevista es el resultado de un cuestionario que el antiguo miembro del comando Madrid ha respondido en la cárcel de Zaballa.

¿Los miembros de la vía Nanclares se sienten olvidados incluso por aquéllos que ensalzaron el paso dado por ustedes?

-No tengo esa sensación. Entiendo que se pueda pensar eso pero algunos teníamos muy claro que dábamos estos pasos porque era lo que pensábamos que teníamos que hacer. Nuestra intención era aportar algo para cerrar la etapa anterior, para situamos en esta nueva fase y abrir caminos que sirvieran también para otros presos. No pensábamos en hacer algo en función de esperar favores a cambio.

¿Cree que el EPPK, aunque no lo admita, se ha acercado a la vía Nanclares al anunciar que los presos tomarían medidas individuales para pedir el acercamiento?

-La llamada vía Nanclares se basaba en la renuncia a la lucha armada, el reconocimiento del daño causado y transitar por las vías legales. Asumiendo ese marco y expresándolo cada cual a su manera, un preso era trasladado en la siguiente conducción a Nanclares. Cuatro años después, y una vez de que han arrasado con toda posibilidad de negociación, los que controlan el EPPK han asumido las condiciones de la vía Nanclares. Pero el problema es que la situación no es la misma.

¿Cuál es la diferencia?

-Que el tiempo y el contexto no son los mismos. Hace 30 años la renuncia a la lucha armada de una parte de ETA tuvo para la situación de sus presos un valor que ahora no tiene. El reconocimiento del daño causado como expresión para valorar una actitud, una voluntad, tuvo hace cuatro años un valor que ahora no tiene. Sobre todo cuando desde la izquierda abertzale se sigue diciendo que no se van a cuestionar la parte más cuestionable de su pasado. O cuando hay presos que dicen públicamente sentirse orgullosos de su militancia en ETA.

¿Quiere decir que el reconocimiento del daño causado no es suficiente?

-La cuestión es que en estas circunstancias ese concepto sin más ¿qué es lo que quiere decir? De hecho, cuando utilizábamos la violencia ya reconocíamos el daño causado. Es más, causábamos daño con la intención de reivindicarlo después. Ahora de lo que se trata es de la valoración que hagamos sobre ese daño que hemos causado. Creo que no podemos ir donde una víctima y decirle sin más que aquello fue cosa del pasado, que tiene que entender que en aquel contexto tuvimos que hacerlo y que valore que en adelante no lo vamos a hacer. Evidentemente que a nivel humano no es suficiente si no te sale de dentro decirle lo siento, desearía que no lo hubiéramos hecho...

La izquierda abertzale se ha volcado en la demanda del acercamiento. ¿Debería hacerlo también con los beneficios penitenciarios?

-La pregunta sería ¿por qué solo hablan del acercamiento? ¿Por qué no solicitan todavía los demás beneficios penitenciarios a los que todos los presos tenemos derecho cuando cumplimos los requisitos legales? Y la respuesta es sencilla: porque hay un sector que no se quiere situar en esos parámetros que permitan a los presos cumplir los requisitos legales para cambiar su situación penitenciaria. Y como esa reflexión no se quiere abordar, se limitan a plantear solo lo del acercamiento.

¿Sigue opinando que la existencia dc comisarios políticos del mundo de la izquierda abertzale bloquea la salida de los presos?

-Es evidente que ese sector de comisarios políticos ha recuperado la influencia que perdió durante el proceso que les llevó a tener que dejar la lucha armada. Se han situado como portavoces de Sortu y al reciente Foro Social de Lokarri para hablar del futuro de los presos; han enviado como portavoz a la misma persona que durante años mantuvo cerrada la posibilidad de solicitar beneficios penitenciarios. Entonces, por poner un ejemplo. a finales de los 80 y viendo que había ya presos que llevaban más de 10 años de prisión, desde la dirección de ETA se planteó a la militancia la posibilidad de que los presos se plantearan las cosas de manera más posibilista y se acogieran a los beneficios penitenciarios. Entre los que estábamos en la clandestinidad nos pareció algo evidente. Pero fueron los comisarios políticos del entorno de los presos los que pararon aquella iniciativa con el pretexto de que aquello traería la división en el Colectivo. La misma cantinela que siguen utilizando ahora.

¿Cómo valora los resultados del último Foro Social?

-Me ha sorprendido que sabiendo todos como está el panorama. sabiendo que ETA terminó como terminó, que Sortu tuvo que legalizarse asumiendo las condiciones que les exigían en la Ley de Partidos, sigan todavía manteniendo como modelo de referencia para los presos el caso de los del IRA. No tiene sentido seguir mirándonos en el ya imposible espejismo de Irlanda. No ayuda en nada para avanzar por las vías legales que hasta el propio EPPK ha asumido. En cambio, tenemos entre nosotros experiencias más cercanas y más realistas sobre las que reflexionar: los presos de ETA pm, aunque en un contexto y unas condiciones impensables ahora, ya recurrieron a las vías legales, los presos de Iparretarrak (IK) que hicieron otro tanto, el caso de Yoyes y otros muchos que ya recorrieron ese camino con mas sensatez y más dignidad de lo que se pretende ahora.

El Gobierno español valora su posición pero eso no se traduce en hechos concretos. ¿Ha habido algún cambio en la actitud del Gobierno sobre la vía Nanclares?

-No ha habido cambios. Nuestra situación ha ido mejorando en base a las solicitudes y recursos que estamos haciendo por vía judicial. Son los jueces quienes nos están autorizando los permisos de salida y el Tribunal Supremo, que nos ha dado la razón en el recurso que planteamos para que se tenga en cuenta el tiempo de la condena que hemos cumplido en Francia. Algo que hasta ahora no hacían y que alargaba la pena.

¿Le gustaría que se mantuvieran los talleres restaurativos con las víctimas?

-Tanto esos encuentros con las víctimas como los talleres de convivencia a los que acudieron personas de referencia de diferentes sectores, incluidas varias víctimas, fueron experiencias muy positivas. Creo que deberíamos continuar con esas actividades que ahora podríamos realizarlas en los pueblos y ciudades aprovechando las salidas de prisión.

Se han realizado en los últimos meses diferentes actos de homenaje a las víctimas, como el del er-tzaina Joseba Goikoetxea. ¿Qué le pareció aquel acto?

-Para entenderlo le diré cómo lo vivimos. Nos enteramos por la prensa apenas 4 o 5 días antes de que se realizara. Enseguida comentamos entre nosotros que sería importante estar allí pero teníamos, al mismo tiempo, la preocupación por la reacción que podrían tener en Madrid. Así y todo, de los pocos días que le quedaban de permiso para pasar con su familia, Carmen [Gisasola] cogió dos días y fue junto con Andoni [Alza], que había quedado en libertad unos días antes por la derogación de la doctrina Parot. Me pareció un acto emotivo, de respeto, integrador y me dejó con la sensación de que participar en ese acto sí había merecido la pena.

¿Qué futuro les aguarda a los presos y huidos de ETA si la izquierda abertzale no mueve ficha?

-Pues preocupante para los presos que van a quedar con largas condenas. Porque las vías legales requieren tiempo, y cuanto más se tarde en hacer las solicitudes y recursos necesarios más tiempo pasarán en prisión.

¿Está en peligro la irreversibilidad del final de la violencia de ETA?

-No. Tenga en cuenta que entre su militancia, a pesar de que había sectores que querían seguir, no ha habido nadie que se haya desmarcado después del abandono de la lucha armada. Entre los presos no ha habido ninguno que se haya desmarcado ante tal decisión.

¿Cree que ETA se disolverá?

-Eso espero y desearía que fuera cuanto antes porque ya no tiene ningún sentido su agonía. Solo supone una carga para los presos. Pero me temo que a algunos se les está haciendo llevadera y hasta confortable esta situación.

¿Por qué no se lo pide la izquierda abertzale?

-Porque dentro de la izquierda abertzale, de la misma forma que hay gente que está deseando cerrar cuanto antes el tema de ETA y facilitar las salidas de los presos, también hay sectores que viven con mucha comodidad esta situación que hasta les permite un punto de radicalidad en sus discursos. Sin olvidar que la situación de los presos ayuda a mantener la cohesión en el mundo de la izquierda abertzale. Algo que hace que, en no pocos casos, se vote pensando en el familiar o amigo que está preso.

¿Qué le pareció la foto del desarme de ETA con los verificadorcs internacionales?

-Otra oportunidad perdida para hacer las cosas con fundamento. No entiendo cómo los verificadores aceptaron aquello. Al menos sirvió para dejar claro que el siguiente paso debe ser el definitivo, que no hay margen para más escenificaciones que solo generan frustración incluso entre tus propias bases.

¿Y qué le pareció la foto de los presos en Durango con la vieja guardia de ETA en favor de medidas individuales?

-En contraste con lo que representa lo poco que queda ya de ETA, aquella sí que era la foto de lo que ha sido su militancia. Pero creo que se perdió la oportunidad para transmitir a la sociedad vasca una reflexión que sirviera para cerrar el ciclo de ETA Una reflexión crítica sobre el daño y el sufrimiento que hemos causado. En aquel momento, y por lo simbólico que era, empezando por la barbaridad que cometimos con Yoyes. Eso sí que hubiera ayudado a cambiar la situación de los presos.